Página 119 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 3 (2004)

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Trabajo entre las iglesias
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____ para vindicar la verdad y despejar la sofistería y el error. Se
encendería su ira y lanzaría una guerra contra aquellos que guardan
los mandamientos de Dios y tienen el testimonio de Jesús. Pero
esto no debería haber impacientado o desanimado a los creyentes
fieles. Estas cosas tendrían que haber influido para que el verdadero
creyente fuera más precavido, vigilante y devoto; más tierno, com-
pasivo y amante hacia aquellos que estaban cometiendo un error
tan grande respecto a asuntos eternos. Como Cristo ha soportado, y
continúa soportando nuestros errores, nuestra ingratitud y nuestro
amor inadecuado, del mismo modo nosotros deberíamos soportar
a los que prueban nuestra paciencia. ¿Los seguidores del Jesús de-
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sinteresado y abnegado serán diferentes de su Señor? Los cristianos
debieran tener corazones bondadosos y pacientes.
El sembrador del evangelio
La parábola del sembrador del evangelio, que Cristo presen-
tó ante sus oyentes, contiene una lección que debiéramos estudiar.
Aquellos que predican la verdad presente y esparcen la buena simien-
te obtendrán los mismos resultados que el sembrador del evangelio.
Todas las clases de personas se verán afectadas en mayor o me-
nor medida por la presentación de la verdad directa y convincente.
Algunos serán oyentes junto al camino. Serán afectados por las ver-
dades habladas; pero no han cultivado las facultades corrientes: han
seguido la inclinación antes que el deber, y los hábitos malos han
endurecido sus corazones hasta que se han vuelto como el camino
duro y trillado. Pueden profesar que creen la verdad; pero no tendrán
un sentido preciso de su carácter sagrado y elevado. No se separan de
la amistad con los amantes de los placeres y de la sociedad corrupta,
sino que se colocan donde son tentados constantemente, y pueden
ser perfectamente representados por el campo que no tiene cerca.
Invitan a las tentaciones del enemigo y finalmente pierden el interés
que parecían tener por la verdad cuando la buena simiente cayó en
sus corazones.
Otros son oyentes en pedregales. Reciben fácilmente cualquier
cosa nueva y excitante. Reciben con gozo la palabra de verdad. Ha-
blan fervientemente, con ardor y celo en cuanto a su fe y esperanza,
e incluso pueden reprochar a creyentes de larga experiencia por al-