Página 121 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 3 (2004)

Basic HTML Version

Trabajo entre las iglesias
117
cosas temporales. El engaño de las riquezas los conduce a jactarse
de que es su deber afanarse y ganar todo lo que puedan, para poder
ayudar a la causa de Dios; y sin embargo cuanto más aumentan
sus riquezas terrenales, menos inclinados están sus corazones a
[128]
desprenderse de su tesoro, hasta que se apartan totalmente de la
verdad que amaron. La buena semilla es ahogada porque fue tapada
con innecesaria ansiedad y preocupaciones mundanales, con el amor
a los placeres del mundo y los honores que dan las riquezas.
El trigo y la cizaña
En otra parábola que Jesús presentó a sus discípulos, comparó
el reino de los cielos a un campo en el cual un hombre sembró
buena simiente, pero, mientras dormía, el enemigo sembró cizaña.
Se le preguntó entonces al padre de la familia: “¿No sembraste
buena semilla en tu campo? ¿De dónde, pues, tiene cizaña? Él les
dijo: Un enemigo ha hecho esto. Y los siervos le dijeron: ¿Quieres,
pues, que vayamos y la arranquemos? Él les dijo: No, no sea que
al arrancar la cizaña, arranquéis también con ella el trigo. Dejad
crecer juntamente lo uno y lo otro hasta la siega; y al tiempo de la
siega yo diré a los segadores: Recoged primero la cizaña, y atadla
en manojos para quemarla; pero recoged el trigo en mi granero”.
Mateo 13:27-30
. Si se hubiera ejercido fidelidad y vigilancia, si
nadie hubiese dormido y manifestado negligencia, el enemigo no
habría tenido una oportunidad tan favorable para sembrar la cizaña
entre el trigo. Satanás no duerme nunca. Siempre vela y aprovecha
toda oportunidad de mandar sus agentes a diseminar el error, pues
halla suelo propicio en muchos corazones no santificados.
Los que creen sinceramente en la verdad se entristecen y ven
sus pruebas y pesares muy acrecentados por causa de los elementos
que están entre ellos y los molestan, desalientan y descorazonan
en sus esfuerzos. Pero el Señor quiere enseñarles a sus siervos una
lección de gran cuidado en todos sus movimientos. “Dejad crecer
juntamente lo uno y lo otro”. No arranquéis por la fuerza la cizaña,
no sea que al desarraigarla, se desarraiguen también las preciosas
plantas. Tanto los ministros como los miembros de la iglesia deben
ser cautelosos, no sea que manifiesten un celo que no esté de acuerdo
con el conocimiento. Hay peligro de hacer demasiado para curar
[129]