Página 146 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 3 (2004)

Basic HTML Version

142
Testimonios para la Iglesia, Tomo 3
conozcan a Dios, quien hizo todas las cosas hermosas que los atraen
y deleitan. Ella puede conducir sus mentes a su Creador y despertar
en sus tiernos corazones el amor por su Padre celestial, quien ha
manifestado tan grande amor hacia ellos. Los padres pueden asociar
a Dios con todas sus obras creadas. La única aula para niños de
ocho a diez años debería ser al aire libre, en medio de las flores que
se abren y de las hermosas escenas de la naturaleza. Y su único
libro de texto debería ser el de los tesoros de la naturaleza. Estas
lecciones, grabadas en las mentes de los niños en medio de las
escenas agradables y atractivas del ambiente natural, no se olvidarán
pronto.
A fin de que los niños y jóvenes tengan salud, alegría, vivacidad,
y músculos y cerebros bien desarrollados, deberían estar mucho al
aire libre y tener ocupación y entretenimiento bien regulados. Los
niños y jóvenes a quienes se confina en la escuela con sus libros, no
pueden tener una constitución física sana. El ejercicio del cerebro
aplicado al estudio, sin el ejercicio físico correspondiente, tiene la
tendencia de atraer la sangre al cerebro, y la circulación de la sangre
a través del sistema se altera y funciona en forma desequilibrada.
El cerebro tiene demasiada sangre y las extremidades muy poca.
Debería haber normas que limiten sus estudios a ciertas horas, y
luego se debiera dedicar una porción de su tiempo al trabajo físico.
Y si sus hábitos de alimentación, vestimenta y sueño armonizan con
las leyes físicas, obtendrán una educación que no sacrifique la salud
física y mental.
[155]