Página 147 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 3 (2004)

Basic HTML Version

Deterioro físico de la humanidad
El libro de Génesis contiene un relato bien definido de la vida
social e individual, y sin embargo no registro alguno de que un niño
naciera ciego, sordo, lisiado, deformado o imbécil. No muestra un
solo caso de una muerte natural en la infancia, niñez o temprana
adultez. No se informa acerca de hombres y mujeres que murieran de
enfermedad. Las notas necrológicas en el libro de Génesis rezan así:
“Y fueron todos los días que vivió Adán novecientos treinta años;
y murió”.
Génesis 5:5
. “Y fueron todos los días de Set novecientos
doce años; y murió”.
Génesis 5:8
. Concerniente a otros, el registro
declara: Y vivió hasta tener una edad avanzada, y murió. Era tan raro
que un hijo muriese antes que el padre que un caso tal se consideró
digno de registrarse: “Y murió Harán antes que su padre Taré”.
Génesis 11:28
. Harán tuvo hijos antes de morir.
Dios dotó al hombre con una fuerza vital tan grande que éste
ha resistido la acumulación de la enfermedad que recayó sobre
la raza humana como consecuencia de hábitos pervertidos y ha
continuado viviendo por seis mil años. Este hecho en sí es suficiente
para evidenciarnos la fuerza y energía eléctrica que Dios le dio al
hombre en su creación. Se necesitaron más de dos mil años de delitos
y complacencia de las pasiones bajas para acarrearle enfermedad
corporal a la humanidad en un grado apreciable. Si Adán, en su
creación, no hubiera sido dotado con una fuerza vital veinte veces
mayor que la que tienen los hombres actualmente, la raza humana,
con sus hábitos actuales de vida en violación de la ley natural, se
habría extinguido. En el tiempo del primer advenimiento de Cristo
la humanidad se había degenerado tan rápidamente que pesaba sobre
esa generación una acumulación de enfermedades, que acarreaba
una marea de dolor y un peso de miseria inexpresables.
Se me ha presentado la condición miserable del mundo en la
actualidad. Desde la caída de Adán la raza humana se ha ido dege-
nerando. Se me mostraron algunas de las razones por la deplorable
condición actual de hombres y mujeres que fueron formados a la
[156]
143