Página 148 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 3 (2004)

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Testimonios para la Iglesia, Tomo 3
imagen de Dios. Y una idea de cuánto debe hacerse para detener,
aun en cierta medida, la decadencia física, mental y moral, hizo que
mi corazón se enfermara y desmayase. Dios no creó a la humanidad
en su actual condición débil. Este estado de cosas no es la obra de
la Providencia, sino la obra del hombre; lo han causado los hábitos
erróneos y los abusos, por la violación de las leyes que Dios ha
hecho para gobernar la existencia de los seres humanos. A través de
la tentación a complacer el apetito, Adán y Eva cayeron primero de
su elevado estado, santo y feliz. Y es a través de la misma tentación
que la raza humana se ha debilitado. Han permitido que el apetito y
la pasión tomen el trono, y que la razón y el intelecto sean puestos
en sujeción.
La violación de la ley física y su consecuencia, el sufrimiento
humano, han prevalecido durante tanto tiempo que los hombres y
las mujeres consideran el estado actual de enfermedad, sufrimiento,
debilidad y muerte prematura, como la suerte que le corresponde a
la humanidad. El hombre salió de la mano de su Creador perfecto
y con una forma hermosa, y tan lleno de energía vital que pasaron
más de mil años antes que sus apetitos y pasiones corrompidas, y
las violaciones generales de la ley física, ejercieran su efecto en
forma marcada en la raza humana. Las generaciones más recientes
han sentido la presión de los achaques y enfermedades aún más
rápida y fuertemente con cada generación. Las fuerzas vitales se
han debilitado grandemente debido a la indulgencia del apetito y la
pasión concupiscente.
Los patriarcas desde Adán a Noé, con pocas excepciones, vi-
vieron casi mil años. Desde los días de Noé la duración de la vida
ha ido disminuyendo. Los que sufrían enfermedades en tiempos de
Cristo eran traidos a él de cada ciudad, pueblo y villa para que él los
sanara, porque estaban afligidos con todo tipo de enfermedad. Y las
enfermedades han ido aumentando constantemente a través de las
generaciones sucesivas desde aquel período. Debido a la violación
continua de las leyes de la vida, la mortalidad ha aumentado a un
grado terrible. Los años del hombre se han acortado, de modo que
la generación actual pasa a la tumba aún antes de la edad cuando las
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generaciones que vivieron los primeros pocos miles de años después
de la creación entraban en acción.