Página 157 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 3 (2004)

Basic HTML Version

Trabajo físico para los estudiantes
El presente plan educacional abre una puerta de tentación a la ju-
ventud. Aunque generalmente los alumnos tienen demasiadas horas
de estudio, tienen además muchas horas sin nada que hacer. Estas
horas de ocio se gastan frecuentemente de un modo irresponsable.
La práctica de malos hábitos se comunica de uno a otro, y el vicio
aumenta grandemente. Muchos jóvenes que han sido instruidos pia-
dosamente en el hogar, y que salen para estudiar en los colegios,
comparativamente inocentes y virtuosos, se corrompen al asociarse
con compañeros viciosos. Pierden el respeto propio y sacrifican los
principios nobles. Entonces están listos para seguir el camino des-
cendente, porque abusaron tanto de su conciencia que el pecado no
les parece excesivamente pecaminoso. Estos males, que existen en
los colegios dirigidos conforme al plan actual, podrían remediarse
en gran medida si en sus planes pudieran combinarse el estudio y
el trabajo. Estos mismos males existen en los colegios superiores,
sólo que en un grado mayor, porque muchos de los jóvenes se han
educado en el vicio y sus conciencias están cauterizadas.
Muchos padres sobrestiman la estabilidad y las buenas cualida-
des de sus hijos. No parecen tomar en cuenta que serán expuestos a
las influencias engañosas de jóvenes viciosos. Los padres tienen sus
temores cuando los envían a un colegio distante, pero se ilusionan
con la idea de que como han tenido buenos ejemplos e instrucción
religiosa, serán leales a los principios durante sus años de estudios
secundarios. Muchos padres no tienen sino una vaga idea del grado
de libertinaje que existe en estas instituciones de aprendizaje. En
muchos casos los padres han trabajado duramente y sufrido muchas
privaciones con el ansiado propósito de que sus hijos obtengan una
educación completa. Y después de todos sus esfuerzos, muchos
tienen la amarga experiencia de recibir a sus hijos de su curso de
estudios con hábitos disolutos y una constitución física arruinada. Y
frecuentemente les faltan el respeto a sus padres y son desagrade-
cidos y profanos. Estos padres que han sido abusados, cuyos hijos
[167]
153