Página 171 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 3 (2004)

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La reforma pro salud
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caída ha habido un rápido aumento de la enfermedad, el sufrimiento
y la muerte. Sin embargo, pese a que el hombre [y la mujer] han
insultado a su Creador, el amor de Dios todavía se extiende a la raza
humana; y él permite que la luz brille para que los humanos puedan
ver que a fin de vivir vidas perfectas deben llevarlas en armonía con
las leyes naturales que gobiernan su ser. Por lo tanto es de suprema
importancia que sepamos cómo vivir de manera que las facultades
del cuerpo y de la mente, puedan ejercitarse para la gloria de Dios.
Es imposible para el hombre presentar su cuerpo en un sacrificio
vivo, santo y agradable a Dios, al mismo tiempo que, debido a que el
mundo acostumbra hacerlo así, consiente en hábitos que disminuyen
su vigor físico, mental y moral. El apóstol añade: “No os conforméis
a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro
entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de
Dios, agradable y perfecta”.
Romanos 12:2
. Jesús, sentado en el
monte de los Olivos, instruyó a sus discípulos concerniente a las
señales que precederían a su venida. Dijo: “Como en los días de
Noé, así será la venida del Hijo del Hombre. Porque como en los
días antes del diluvio estaban comiendo y bebiendo, casándose y
dando en casamiento, hasta el día en que Noé entró en el arca, y no
entendieron hasta que vino el diluvio y se los llevó a todos, así será
también la venida del Hijo del Hombre”.
Mateo 24:37-39
.
Existen en nuestros días los mismos pecados que trajeron la
ira de Dios sobre el mundo en los días de Noé. En la actualidad
los hombres y mujeres convierten sus hábitos de comer y beber en
glotonería y embriaguez. Este pecado prevaleciente, la indulgencia
del apetito pervertido, inflamó las pasiones de los hombres en los
días de Noé y condujo a una corrupción general, hasta que su vio-
lencia y sus crímenes llegaron al cielo, y Dios limpió la tierra de su
contaminación moral mediante un diluvio.
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Los mismos pecados de glotonería y embriaguez entorpecieron
la sensibilidad moral de los habitantes de Sodoma, de modo que
los hombres y las mujeres de esa ciudad impía parecían deleitarse
en cometer delitos. Cristo advierte así al mundo: “Asimismo como
sucedió en los días de Lot; comían, bebían, compraban, vendían,
plantaban, edificaban; mas el día en que Lot salió de Sodoma, llovió
del cielo fuego y azufre, y los destruyó a todos. Así será el día en
que el Hijo del Hombre se manifieste”.
Lucas 17:28-30
.