Página 233 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 3 (2004)

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Peligros y deberes de la juventud
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ustedes pueden ser engañados por la sofistería de Satanás. Pueden
ser inducidos, paso a paso, a tratar de destacarse y a obtener la apro-
bación de sus maestros, pero su conocimiento en la vida divina, en la
religión experimental, disminuirá más y más. Sus nombres estarán
registrados ante los ángeles santos y exaltados y ante el Creador del
universo y Cristo, la Majestad del cielo, bajo una luz muy pobre.
Enfrente de ellos habrá un registro de pecados, de errores, fracasos,
negligencias, y una ignorancia tal en el conocimiento espiritual que
el Padre y su Hijo, Jesús nuestro Abogado, y los ángeles minis-
tradores se sentirán avergonzados de reconocerlos como hijos de
Dios.
Al asistir al colegio ustedes están expuestos a una variedad de
tentaciones a las que no se expondrían en el hogar paterno, bajo
la vigilancia de padres temerosos de Dios. Si mientras estaban en
casa ustedes oraban dos o tres veces por día en busca de gracia para
escapar de la corrupción que hay en el mundo a través de la concupis-
cencia, necesitan orar tanto más ferviente y constantemente estando
en el colegio, expuestos a tentaciones e influencias contaminadoras
que prevalecen en las escuelas de esta era degenerada, considerando
que las circunstancias que los rodean son más desfavorables para la
formación de un carácter cristiano.
Estos jóvenes no tienen suficiente fuerza de carácter cristiano;
especialmente éste es el caso de A O. No está afirmado, enraizado
ni fundado en la verdad. Su asidero de Dios ha sido tan leve que no
ha estado recibiendo fuerza y luz desde lo alto, sino que ha estado
reuniendo tinieblas para su propia alma. Ha oído tantas conversacio-
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nes incrédulas y ha tomado tan poco interés práctico en la verdad
que no está preparado para dar una razón de su esperanza. Es ines-
table como una caña que tiembla bajo el viento. Es bondadoso de
corazón, sin embargo ama la diversión, la ociosidad y la compañía
de sus jóvenes amigos. Ha cedido a esta inclinación a expensas del
interés de su alma. Es importante, mi hermano, que evite mezclarse
demasiado con la juventud irreligiosa. La cultura de su mente y
corazón, en conexión con los deberes prácticos de la vida, requiere
que una gran porción de su tiempo sea gastada en la compañía de
aquellos cuya conversación y fe aumentarán su fe y amor por la
verdad.