Página 235 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 3 (2004)

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Peligros y deberes de la juventud
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en el hogar; tienen que desempeñar responsabilidades que todavía
no han asumido.
Aquello que se siembra eso es también lo que se cosecha. Estos
jóvenes están ahora sembrando la semilla. Cada acto de sus vidas,
cada palabra hablada, es una semilla para bien o para mal. Como es
la semilla, así será la cosecha. Si complacen pasiones precipitadas,
sensuales, pervertidas o se entregan a la gratificación del apetito
o la inclinación de sus corazones no santificados; si fomentan el
orgullo o los principios erróneos y acarician hábitos de infidelidad
o disipación, segarán una abundante cosecha de remordimiento,
vergüenza y desesperación.
Los ángeles de Dios están tratando de guiar a estos jóvenes
para que clamen al Señor con sinceridad: “Sé tú el guiador de mi
juventud”. Los ángeles los están invitando, y tratando de sacarlos
de las trampas de Satanás. El cielo puede ser de ellos si procuran
obtenerlo. Recibirán una corona de gloria inmortal si dan todo por
el cielo.
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