Página 285 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 3 (2004)

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Confesiones hechas demasiado tarde
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que pondrán corazón y fuerza en el trabajo, y arriesgarán todo lo
que tengan en la lucha, no importa el resultado de la batalla. Dios
es un Dios que odia el pecado. Y a aquellos que animan al pecador
diciendo: Todo está bien contigo, Dios los maldecirá.
Dios aceptará las confesiones de pecado hechas en el momento
correcto para auxiliar a su pueblo. Pero hay entre nosotros aquellos
que harán confesiones, como lo hizo Acán, demasiado tarde como
para salvarse. Dios puede probarlos y darles otra prueba con el pro-
pósito de evidenciar a su pueblo que los tales no soportarán una
prueba que viene de Dios. No están en armonía con lo correcto. Des-
precian el testimonio directo que llega al corazón, y se regocijarían
de ver silenciado a todo el que reprende.
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