Página 305 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 3 (2004)

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Elías se desanima
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Allí Dios, mediante uno de sus ángeles, se encontró con Elías y le
preguntó: “¿Qué haces aquí, Elías?”
1 Reyes 19:9
. Te envié al arroyo
de Querit, te envié a la viuda de Sarepta, te envié a Samaria con un
mensaje para Acab, ¿pero quién te envió a hacer este largo viaje
hasta el desierto? ¿Y qué diligencia tienes que hacer aquí? Elías le
expresa al Señor la amargura de su alma: “Él respondió: He sentido
un vivo celo por Jehová Dios de los ejércitos; porque los hijos de
Israel han dejado tu pacto, han derribado tus altares, y han matado
a espada a tus profetas; y sólo yo he quedado, y me buscan para
quitarme la vida. Él le dijo: Sal fuera, y ponte en el monte delante de
Jehová. Y he aquí Jehová que pasaba, y un grande y poderoso viento
que rompía los montes, y quebraba las peñas delante de Jehová; pero
Jehová no estaba en el viento. Y tras el viento un terremoto; pero
Jehová no estaba en el terremoto. Y tras el terremoto un fuego; pero
Jehová no estaba en el fuego. Y tras el fuego un silbo apacible y
delicado. Y cuando lo oyó Elías, cubrió su rostro con su manto, y
salió, y se puso a la puerta de la cueva. Y he aquí vino a él una voz,
diciendo: ¿Qué haces aquí, Elías? Él respondió: He sentido un vivo
celo por Jehová Dios de los ejércitos; porque los hijos de Israel han
dejado tu pacto, han derribado tus altares, y han matado a espada a
tus profetas; y sólo yo he quedado, y me buscan para quitarme la
vida”.
1 Reyes 19:10-14
.
Luego el Señor se manifiesta a Elías, mostrándole que la serena
confianza en Dios y la firme dependencia de él siempre hallarán en
él un pronto auxilio en tiempo de necesidad.
Se me ha mostrado que mi esposo ha errado al dar paso al
desánimo y la desconfianza en Dios. Vez tras vez Dios se le ha
revelado mediante evidencias notables de su cuidado, amor y poder.
Pero cuando él ha visto que su interés y celo por Dios y su causa
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no han sido comprendidos o apreciados, a veces ha dado lugar al
desaliento y la desesperación. Dios nos ha dado a mi esposo y a mí
un trabajo especial e importante que hacer en su causa: reprender y
aconsejar a su pueblo. Cuando vemos que se menosprecian nuestras
reprensiones y que se nos paga con odio en vez de comprensión,
entonces frecuentemente nos desprendemos de nuestra fe y confianza
en el Dios de Israel; y, como Elías, hemos cedido al abatimiento y
la desesperación. Éste ha sido el gran error en la vida de mi esposo:
desanimarse porque sus hermanos lo han abrumado con pruebas