Página 332 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 3 (2004)

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Testimonios para la Iglesia, Tomo 3
que olvidaran los errores y pecados que habían provocado su ira
contra ellos. El recuerdo de sus transgresiones y de las misericordias
y bondades de Dios que ellos no habían apreciado, no complacía sus
sentimientos. No obstante, Dios indicó que esto debía hacerse.
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Se me mostró que a jóvenes como usted, que no han tenido sino
pocos años de experiencia imperfecta en la causa de presentar la ver-
dad, Dios no les confiará la tarea de llevar responsabilidades pesadas
ni que sean dirigentes en esta obra. Los tales debieran manifestar
gran discreción y no adoptar posiciones que estén en pugna con
el juicio y las opiniones de aquellos de experiencia madura, cuyas
vidas han estado entretejidas con la causa de Dios casi tantos años
como los que usted ha vivido y que han tenido una parte activa
en esta obra desde su pequeño comienzo. Dios no seleccionará a
hombres de poca experiencia y de considerable confianza propia
para que dirijan esta obra sagrada, importante. Mucho está en juego
aquí. Hombres que han tenido poca experiencia en los sufrimientos,
pruebas, oposición y privaciones que se han soportado para llevar la
obra hasta su condición actual de prosperidad deberían desconfiar
grandemente de ellos mismos.
Los jóvenes que ahora se ocupan de la obra de predicar la verdad
deberían cultivar la modestia y la humildad. Deberían tener cuidado
de no exaltarse, para no ser derrocados. Se los hará responsables por
la clara luz de verdad que ahora brilla sobre ellos. Vi que a Dios
le desagrada la disposición que tienen algunos de murmurar contra
las personas que han peleado las batallas más pesadas para bien de
ellos y que han soportado tanto al comienzo del mensaje, cuando el
progreso de la obra era muy difícil.
Dios considera a los obreros de experiencia, que han trabajado
esforzadamente bajo el peso y las cargas opresivas cuando había
pocos que ayudaran a llevarlas, y él cuida celosamente a los que
han demostrado ser fieles. Siente desagrado por aquellos que están
listos para encontrar faltas y reprobar a los siervos de Dios que han
encanecido en la edificación de la causa de la verdad presente. Sus
reproches y murmuraciones, jóvenes, seguramente se levantarán en
contra de ustedes en el día de Dios. Mientras Dios no haya puesto
sobre ustedes pesadas responsabilidades, no actúen en forma inapro-
piada y no confíen en su propio juicio independiente, ni asuman
responsabilidades para las que no son idóneos.
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