Página 361 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 3 (2004)

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Se prueba el carácter
Mientras Moisés escuchaba las palabras de Coré, se llenó de
angustia y cayó sobre su rostro ante el pueblo. “Y habló a Coré y a
todo su séquito, diciendo: Mañana mostrará Jehová quién es suyo,
y quién es santo, y hará que se acerque a él; al que él escogiere,
él lo acercará a sí. Haced esto: tomaos incensarios, Coré y todo su
séquito, y poned fuego en ellos, y poned en ellos incienso delante
de Jehová mañana; y el varón a quien Jehová escogiere, aquel será
el santo; esto os baste, hijos de Leví. Dijo más Moisés a Coré: Oíd
ahora, hijos de Leví: ¿Os es poco que el Dios de Israel os haya
apartado de la congregación de Israel, acercándoos a él para que
ministréis en el servicio del tabernáculo de Jehová, y estéis delante
de la congregación para ministrarles, y que te hizo acercar a ti, y a
todos tus hermanos los hijos de Leví contigo? ¿Procuráis también
el sacerdocio? Por tanto, tú y todo tu séquito sois los que os juntáis
contra Jehová; pues Aarón, ¿qué es, para que contra él murmuréis?”
Números 16:5-11
. Moisés les dijo que Aarón no había asumido
ningún cargo por sí mismo, sino que Dios lo había colocado en el
oficio sagrado.
Datán y Abiram dijeron: “¿Es poco que nos hayas hecho venir de
una tierra que destila leche y miel, para hacernos morir en el desierto,
sino que también te enseñorees de nosotros imperiosamente? Ni
tampoco nos has metido tú en tierra que fluya leche y miel, ni nos
has dado heredades de tierras y viñas. ¿Sacarás los ojos de estos
hombres? No subiremos”.
vers. 13, 14
.
Acusaron a Moisés de ser la causa por la cual ellos no habían
entrado en la Tierra Prometida. Dijeron que Dios no los había tra-
tado de ese modo, y que él no había dicho que debían morir en el
desierto, y que nunca creerían que él había dicho eso; era Moisés el
que lo había dicho, no el Señor; y esto fue enteramente arreglado por
Moisés para nunca conducirlos a la tierra de Canaán. Dijeron que
él los condujo desde una tierra que fluía leche y miel. En su ciega
rebelión olvidaron sus sufrimientos en Egipto y las plagas desola-
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