Página 371 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 3 (2004)

Basic HTML Version

Se desprecia la misericordia
Los hebreos tuvieron una oportunidad para reflexionar sobre la
escena que habían presenciado cuando la ira de Dios cayó sobre las
personas más prominentes en esta gran rebelión. Se manifestaron la
bondad y la misericordia de Dios al no exterminar completamente
a este pueblo ingrato cuando se encendió su ira contra los más
responsables. Le dio tiempo para arrepentirse a la congregación que
había permitido que se la engañara. El hecho de que el Señor, su
Dirigente invisible, mostrara tanta paciencia y misericordia en este
caso se registra claramente como evidencia de su buena voluntad
para perdonar a los ofensores más graves cuando tienen un sentido
de su pecado y vuelven a él con arrepentimiento y humillación. La
congregación había sido detenida en su conducta presuntuosa por el
despliegue de la venganza del Señor; pero no estaban convencidos
de que eran grandes pecadores contra él, que merecían su ira por su
conducta rebelde.
Difícilmente pueden los hombres causar un insulto mayor a Dios
que al despreciar y rechazar los instrumentos que él ha designado
para que los dirijan. No sólo habían hecho esto, sino que se habían
propuesto dar muerte a Moisés y Aarón. Estos hombres huyeron de
las tiendas de Coré, Datán y Abiram por temor a la destrucción; pero
su rebelión no había sido curada. No estaban afligidos ni desespe-
rados a causa de su culpa. No sentían el efecto de una conciencia
reavivada, convicta, porque habían abusado de sus privilegios más
preciosos y pecado contra la luz y el conocimiento. Podemos apren-
der aquí lecciones preciosas de la paciencia de Jesús, el Ángel que
fue delante de los hebreos en el desierto.
Su Dirigente invisible los salvaría de una destrucción ignominio-
sa. Se prolonga para ellos el perdón. Pueden encontrar perdón aun si
ahora se arrepienten. La venganza de Dios ha llegado ahora cerca de
ellos y los ha llamado al arrepentimiento. Una intervención especial,
irresistible, desde el cielo ha detenido su presuntuosa rebelión. Si
[393]
responden ahora a la mediación de la providencia de Dios, pueden
367