Página 409 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 3 (2004)

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Los diezmos y ofrendas
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en este asunto del diezmo. Y aunque queda librado a la conciencia,
se ha trazado un plan bastante definido para todos. No se requiere
compulsión alguna.
En la dispensación mosaica, Dios pedía de los hombres que
dieran la décima parte de todas sus ganancias. Les confiaba las cosas
de esta vida, como talentos que debían devolver perfeccionados.
Ha requerido la décima parte, y la exige como lo mínimo que le
debemos devolver. Dice: Os doy las nueve décimas, y os pido una; es
mía. Cuando los hombres retienen el diezmo, roban a Dios. Además
del diezmo, se requerían ofrendas por el pecado, ofrendas de paz y
de agradecimiento a Dios.
Todo lo que se retiene de lo que Dios pide, o sea el diezmo,
queda registrado en los libros del cielo como un robo hecho a él. Los
que lo cometen defraudan a su Creador, y cuando se les presenta este
pecado de negligencia, no es suficiente que cambien su conducta y
empiecen desde entonces a obrar según el debido principio. Esto no
corregirá las cifras escritas en los registros celestiales por su desfalco
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de la propiedad que se les ha confiado para que la devuelvan al
Prestamista. Deben arrepentirse de su infidelidad para con Dios, y
de su vil ingratitud.
“¿Robará el hombre a Dios? Pues vosotros me habéis robado. Y
dijisteis: ¿En qué te hemos robado? En vuestros diezmos y ofrendas.
Malditos sois con maldición, porque vosotros, la nación toda, me
habéis robado. Traed todos los diezmos al alfolí y haya alimento en
mi casa; y probadme ahora en esto, dice Jehová de los ejércitos, si
no os abriré las ventanas de los cielos, y derramaré sobre vosotros
bendición hasta que sobreabunde”.
Malaquías 3:8-10
. Aquí se pro-
mete que si se traen todos los diezmos al alfolí, Dios derramará su
bendición sobre los obedientes.
“Reprenderé también por vosotros al devorador, y no os destrui-
rá el fruto de la tierra, ni vuestra vid en el campo será estéril, dice
Jehová de los ejércitos. Y todas las naciones os dirán bienaventu-
rados; porque seréis tierra deseable, dice Jehová de los ejércitos”.
vers. 11, 12
. Si todos los que profesan la verdad cumplen con los
requerimientos de Dios en cuanto a dar el diezmo, que Dios llama
suyo, la tesorería estará ampliamente provista para llevar a cabo la
gran obra de salvar a los hombres.