Página 430 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 3 (2004)

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Testimonios para la Iglesia, Tomo 3
cosas que no eran las mejores para usted. Dios oyó sus oraciones
sinceras, pero la bendición concedida fue algo muy diferente de
lo que usted esperaba. En su providencia, Dios dispuso colocarlo
más directamente en relación con su iglesia, para que tuviera menos
confianza propia y confiara más en otros a quienes él está guiando
para promover su obra.
Dios oye cada oración sincera. Lo colocó a usted en conexión con
su obra para poder conducirlo más directamente a la luz. Y a menos
que cierre sus ojos contra las evidencias y la luz, se convencerá de
que si desconfía más de usted mismo y menos de sus hermanos
prosperará más en Dios. Es Dios quien lo ha conducido en medio
de dificultades. Él tenía un propósito en esto, para que la tribulación
pudiera obrar en usted paciencia, y la paciencia piedad, y la piedad
esperanza. Permitió que le sobrevinieran pruebas para que, mediante
ellas, usted pudiera experimentar los apacibles frutos de justicia.
Pedro negó al Hombre de Dolores en su encuentro con la tristeza
en la hora de su humillación. Pero después se arrepintió y fue recon-
vertido. Tuvo verdadera contrición de alma y se entregó nuevamente
a su Salvador. Cegado por las lágrimas va a la soledad del Jardín
de Getsemaní y se postra donde vio la forma abatida de su Salva-
dor cuando brotaron gotas de sangre de sus poros debido a su gran
agonía. Pedro recuerda con remordimiento que se quedó dormido
cuando Jesús oró durante esas horas terribles. Su orgulloso corazón
se quebranta, y lágrimas penitentes humedecen la tierra herbosa tan
recientemente manchada por las gotas de sudor sanguinolento del
querido Hijo de Dios. Dejó ese jardín como un hombre convertido.
Estaba entonces listo para compadecerse de los tentados. Fue humi-
llado y podía simpatizar con los débiles y errantes. Podía advertir y
amonestar a los presuntuosos, y estaba plenamente capacitado para
fortalecer a sus hermanos.
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Dios lo condujo a usted a través de la aflicción y las pruebas para
que pudiera confiar más perfectamente en él, y apoyarse menos en a
su propio juicio. Usted puede sobrellevar la adversidad mejor que la
prosperidad. El ojo de Jehová que todo lo ve detectó en su persona
mucha escoria que usted consideraba como oro demasiado valioso
para desecharlo. El poder del enemigo sobre usted ha sido a veces
directo y muy fuerte. Los engaños del espiritismo han enredado su fe,
pervertido su juicio y confundido su experiencia. En su providencia,