Página 453 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 3 (2004)

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Unidad en la iglesia
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posición nueva y promover nuevos puntos de vista en oposición a la
fe establecida del cuerpo de creyentes. Sus investigaciones no eran
hechas para la gloria de Dios, sino para promover el yo.
Una vez que el hermano B adopta una posición en el lado equi-
vocado, ver su error y confesar su equivocación no está de acuerdo
con su naturaleza, sino que seguirá peleando hasta lo último, cuales-
quiera sean las consecuencias. Este espíritu es ruinoso para la iglesia
y ruinoso para su familia. Él necesita suavizar su corazón y dejar que
entren la ternura, la humildad y el amor. Necesita benevolencia y una
generosidad noble. En síntesis, necesita estar completamente con-
vertido, ser un nuevo hombre en Cristo Jesús. Entonces su influencia
en la iglesia será satisfactoria y él será justamente la ayuda que ellos
necesitan. Tendrá el respeto y el amor de su familia y mandará a
su casa después de sí. El deber y el amor, como hermanas gemelas,
serán sus ayudantes en la educación de sus hijos.
Vi que la hermana B tenía muchas razones para entristecerse en
relación con el trato que su esposo había tenido hacia ella; vi que su
vida había sido muy triste, aunque él era capaz de hacerla feliz. Ella
parecía estar descorazonada y sentir agudamente que su esposo la
descuidaba y no la amaba. En ausencia de él, ella a veces se sentía
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confundida y tenía celos y desconfianza respecto a él. Satanás estaba
presente con sus tentaciones, y ella consideraba algunas cosas con
una luz exagerada. Todo esto podría haberse evitado si el hermano
B hubiera preservado su consagración a Dios. Fui llevada aun más
lejos y vi que él estaba caminando en la incredulidad y la oscuridad
mientras se jactaba de que él solo tenía la luz verdadera. Cuanto más
lejos se separaba de Dios, menos amor tenía por sus hermanos y por
la verdad.
Se me mostró al hermano B cuestionando uno tras otro los pun-
tos de nuestra fe que nos han sacado del mundo y nos han hecho un
pueblo separado y distinto, aguardando la esperanza bienaventurada
y la aparición gloriosa de nuestro Señor y Salvador Jesucristo. Su
incredulidad y oscuridad no han movido los principales pilares de
nuestra fe. No ha hecho inefectiva la verdad de Dios. Ésta continúa
siendo la verdad, pero él ha ejercido alguna influencia sobre las men-
tes de sus hermanos. Los informes de labios mentirosos en cuanto a
mi esposo y a mí, que él trajo desde el Este, influyeron para crear
sospechas y dudas en las mentes de otros. Aquellos que no estaban