Página 459 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 3 (2004)

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Unidad en la iglesia
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del amor y la aceptación de sus hermanos y de la unión con ellos.
Él siente que es demasiado sabio y experimentado como para nece-
sitar las precauciones que a muchos les son indispensables. Tiene
una opinión tan alta de su propia capacidad y tal confianza en sus
propios logros que se cree preparado para cualquier emergencia.
Dijeron los ángeles celestiales, señalando al hermano B: “El que
piensa estar firme, mire que no caiga”.
1 Corintios 10:12
. La con-
fianza propia conduce a descuidar la vigilancia y la oración humilde
y contrita. Hay tentaciones externas que deben evitarse y enemigos
y perplejidades internos que hay que vencer, porque Satanás adapta
sus tentaciones a los diferentes caracteres y temperamentos de los
individuos.
La iglesia de Cristo está en constante peligro. Satanás está tra-
tando de destruir al pueblo de Dios, y no es suficiente la mente de un
hombre, el juicio de un hombre, para confiar en él. Cristo quisiera
unir a sus seguidores como iglesia, observando el orden, teniendo
normas y disciplina, y estando todos sujetos unos a otros, estimando
a los demás como mejores que uno mismo. La unidad y la confianza
son esenciales para la prosperidad de la iglesia. Si cada miembro
de la iglesia se siente en libertad para actuar independientemente de
los demás, escogiendo su propio camino peculiar, ¿cómo puede la
iglesia estar segura en la hora de peligro? La prosperidad y la misma
existencia de una iglesia dependen de la acción rápida y unida, y de
la confianza mutua de sus miembros. Cuando en una hora crítica
alguien suena la voz de alarma, se necesita un trabajo rápido y efec-
tivo, sin detenerse a hacer preguntas y a examinar la cuestión de un
extremo al otro, permitiendo así que el enemigo gane ventajas por la
demora, cuando la acción unida podría salvar a muchas almas de la
perdición.
Dios quiere que su pueblo esté unido con los lazos más estrechos
de compañerismo cristiano; la confianza en nuestros hermanos es
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esencial para la prosperidad de la iglesia; la unidad de acción es
importante en una crisis religiosa. Un paso imprudente, una acción
descuidada, puede hundir a la iglesia en dificultades y pruebas de las
cuales podría no recobrarse por años. Un miembro de la iglesia lleno
de incredulidad puede darle ventajas al gran enemigo que afectarán
la prosperidad de toda la iglesia, y como resultado pueden perderse
muchas almas. Jesús quisiera que sus seguidores estén sujetos entre