Página 469 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 3 (2004)

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La confianza propia es una trampa
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partes. Satanás, mediante su estrategia hábil y perversa, condujo a
nuestros primeros padres fuera del Jardín del Edén, de su inocencia
y pureza al pecado y una miseria indecible. No ha cesado de destruir;
todas las fuerzas de las que puede disponer las emplea diligentemen-
te en estos últimos días para lograr la ruina de las almas. Se apodera
de todo recurso que puede usar para engañar, enredar y confundir al
pueblo de Dios.
Lo ha usado a usted como su agente para diseminar oscuridad
y confusión, y él descubre que usted trabaja admirablemente en
sus manos. Usted es el instrumento preciso que él puede manejar
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en forma efectiva para herir, desanimar y derribar. Usted no siente
entusiasmo para poner su hombro debajo de la carga con el pueblo
de Dios; pero cuando ellos quieren avanzar, usted se arroja como una
carga adicional para impedirles hacer lo que podrían a fin de avanzar
en la dirección correcta. Satanás está trabajando con aquellos que
guardan los mandamientos de Dios y tienen la fe de Jesús. Existe
en él el odio más amargo contra todos los que son leales a Dios y
que obedecen sus mandamientos. Él no duerme; no disminuye su
vigilancia ni por un momento. Ojalá los profesos seguidores de Dios
fueran la mitad de sabios, diligentes y perseverantes en la obra de
Dios como lo es Satanás en su obra.
Si usted, hermano B, hubiera continuado cuando puso primero su
mano al arado, y no hubiese mirado atrás, ahora sería un mensajero
de luz para llevar la verdad a aquellos que están en tinieblas. Pero
Dios no podía usarlo para su gloria hasta que usted aprendiera a
buscar consejo con sus hermanos y a no pensar que sabía todo lo
que valía la pena saber. Satanás ha tenido éxito en impedir que usted
haga el bien. Por un tiempo usted corrió bien, pero las tentaciones
de Satanás lo vencieron. A usted le encantaba ser el primero y ser
lisonjeado. A usted le encantaba el poder que da el dinero. Satanás
comprende la debilidad de los hombres. Tiene el conocimiento que
ha acumulado por siglos y posee experiencia en su trabajo. Su astucia
y engaños están bien madurados, y demasiado a menudo tienen éxito
porque el pueblo de Dios no es tan sabio como las serpientes.
Satanás aparece frecuentemente como un ángel de luz, ataviado
con el uniforme del cielo; asume un aire amistoso, manifestando
gran santidad de carácter y alta consideración por sus víctimas, las
almas que se propone engañar y destruir. Yacen peligros en la senda