Página 477 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 3 (2004)

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Verdadero refinamiento en el ministerio
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hombres como usted en carácter y temperamento, sería una desgra-
cia. Hacia cualquier lado que usted se dirigiera, se sentiría disgustado
con sus asociados, copias exactas de su persona, y usted desearía
salirse del mundo.
Usted se jacta y gloría de su persona. ¡Pero, oh, cuán impropio
es esto para cualquier hombre, aun si tuviera las cualidades intelec-
tuales más excelentes y la influencia más amplia! Los hombres de
cualidades magníficas tienen la mayor influencia porque no saben su
valor y cuánto bien realizan en el mundo. Pero está completamente
fuera de lugar que hombres de su tipo de carácter se exalten y se
vanagloríen en el yo.
En sus labores usted frecuentemente comienza bien; suscita
cierto interés, y las mentes se convencen de que los argumentos
usados no pueden controvertirse; pero precisamente en el momento
cuando las almas se están inclinando a favor de la verdad, aparece
el yo tan claramente, de un modo tan prominente, que todo lo que
podría haberse ganado si Jesús hubiera brillado en sus palabras y
conducta, se pierde.
Usted carece de las virtudes esenciales para ganar almas para
Cristo y la verdad. Puede argumentar bien; pero no tiene un cono-
cimiento experimental de la voluntad divina, y por carecer de una
experiencia religiosa en su vida, es incapaz de conducir a otros a
la Fuente de aguas vivas. Su propia alma no está en comunión con
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Dios, sino en tinieblas; y nada puede suplir la deficiencia sentida por
las almas que tratan de encontrar a tientas su camino en la oscuridad,
excepto la luz de la verdad. A menos que usted esté completamente
convertido, sus esfuerzos por convertir a otros podrían cesar ahora
en vez de que trabaje por más tiempo desfigurando y pervirtiendo las
normas religiosas con sus ideas estrechas e intolerantes. Usted no
tiene un conocimiento experimental de la voluntad divina; a usted
le parece que su justicia es de valor, cuando no tiene valor para
nada. Usted necesita ser transformado antes que pueda ser útil en la
causa de Dios. Cuando esté convertido entonces podrá trabajar y ser
aceptado.
Usted no posee la religión de Cristo. Debe suavizar su corazón
y morir al yo, y Cristo debe vivir en usted; entonces caminará en
la luz como él está en luz, y dejará una huella brillante hacia el
cielo para iluminar la senda de otros. Usted se ha sentido demasiado