Página 507 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 3 (2004)

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Liderazgo
Hermano A, su experiencia de hace dos años relativa al liderazgo
fue para su propio beneficio y le resultó sumamente beneficiosa. Us-
ted tenía puntos de vista muy pronunciados, definidos, respecto a la
independencia individual y el derecho al juicio privado. Usted lleva
al extremo estas opiniones. Razona que debe tener luz y evidencias
personales acerca de su deber.
Me fue mostrado que ninguna persona debiera someter su juicio
al de cualquier otro hombre. Pero cuando la Asociación General,
que es la máxima autoridad que Dios tiene sobre la tierra, toma
sus decisiones, no deben mantenerse la independencia y el juicio
privado, sino que deben abandonarse. Su error estuvo en sostener
persistentemente su propio juicio en cuanto a su deber, contra la voz
de la suprema autoridad que el Señor tiene sobre la tierra. Después
que usted tomó su tiempo y que el trabajo se vio trabado por su de-
mora, vino a Battle Creek en respuesta a las notificaciones urgentes
y repetidas de la Asociación General. Usted sostuvo firmemente que
había hecho lo correcto al seguir sus propias convicciones del deber.
Consideraba que era una virtud suya mantener persistentemente su
independencia. Parecía no tener un verdadero sentido del poder que
Dios ha dado a la iglesia en la voz de la Asociación General. Usted
pensaba que al responder al requerimiento que le había hecho la
Asociación General se estaba sometiendo al juicio y la mente de
un hombre. Por consiguiente manifestó un espíritu independiente,
rígido, voluntarioso, que estaba completamente mal.
Dios le dio una experiencia preciosa en aquel momento que fue
de valor para usted y que ha aumentado grandemente su éxito como
ministro de Cristo. Usted rindió su voluntad orgullosa, inflexible.
Experimentó una conversión genuina. Esto lo indujo a reflexionar
y a adoptar su presente postura sobre el liderazgo. Sus principios
referentes al liderazgo son correctos, pero usted no los aplica co-
rrectamente. Si usted permitiera que el poder en la iglesia, la voz y
el juicio de la Asociación General, estuvieran en el lugar que le ha
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