Página 510 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 3 (2004)

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Testimonios para la Iglesia, Tomo 3
su mejor juicio. Pero debe estar en guardia, no sea que su juicio
sea influenciado por las opiniones de otros. Si es evidente que ha
cometido errores, es su privilegio convertir esos fracasos en victorias
evitando de hacer lo mismo en el futuro. Al decírsele qué hacer
usted nunca obtendrá la experiencia necesaria para ningún puesto
importante.
Lo mismo se aplica a todos los que están ocupando los diferentes
puestos de confianza en las diversas oficinas en Battle Creek. No se
los debe instar y mimar y ayudar a cada paso, porque esto no hará
hombres competentes para cargos importantes. Son los obstáculos
los que hacen fuertes a los hombres. No son las ayudas, sino las
dificultades, los conflictos, los desaires, los que les dan a los hombres
fibra moral. Demasiadas comodidades y el evitar responsabilidades
han hecho debiluchos y enanos a aquellos que debieran ser hombres
responsables de poder moral y de fuertes músculos espirituales.
Hombres que en cada emergencia debieran ser tan fieles como la
brújula al polo, han llegado a ser ineficientes debido a sus esfuerzos
por protegerse de la censura y al evadir responsabilidades por temor
al fracaso. Hombres de intelecto gigantesco son bebés en disciplina
porque son cobardes para asumir y llevar las cargas que debieran.
Están descuidando la oportunidad de llegar a ser eficientes. Por
demasiado tiempo han confiado en un hombre que planee para ellos
y que realice el trabajo de pensar, que ellos son altamente capaces
de hacer sin depender de otros en el interés de la causa de Dios.
Enfrentamos deficiencias mentales a cada paso. Hombres que están
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contentos de permitir que otros planeen y piensen en su lugar no
están plenamente desarrollados. Si se los dejara planear solos, se
encontraría que son hombres juiciosos y prudentes. Pero cuando se
los coloca en conexión con la causa de Dios, esto es enteramente
distinto para ellos; pierden esta facultad casi por completo. Están
contentos de permanecer como personas incompetentes e ineficientes
como si otros debieran en gran medida planear y pensar por ellos.
Algunos hombres parecen completamente incapaces de abrirse un
camino por cuenta propia. ¿Deben depender siempre de otros para
que planeen y estudien en lugar de ellos, y para que sean mente
y juicio para ellos? Dios está avergonzado de tales soldados. No
honran a Dios teniendo ellos cualquier parte en su obra mientras son
meras máquinas.