Página 512 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 3 (2004)

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Testimonios para la Iglesia, Tomo 3
perplejidad que enfrente, hará muy poco. A cada paso encontrará
obstáculos e inconvenientes, y usted, con firme propósito, debe estar
decidido a dominarlos, o ellos lo dominarán a usted.
A veces, maneras y propósitos diversos, modos de operación di-
ferentes en conexión con la obra de Dios, están casi a un mismo nivel
en la mente; pero es precisamente en este punto donde se necesita
el discernimiento más delicado. Y si algo se logra en relación con
el propósito fijado, debe hacerse en el momento oportuno. Debiera
advertirse la más leve inclinación del peso en la balanza y debiera
decidirse el asunto inmediatamente. Las largas demoras cansan a
los ángeles. Incluso es más excusable cometer a veces una deci-
sión equivocada que estar continuamente en una posición fluctuante,
vacilando, a veces inclinados en una dirección y luego en otra. La
vacilación y las dudas a veces causan más perplejidad y desgracia
que proceder apresuradamente.
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Se me ha mostrado que las victorias más notables y las derrotas
más terribles han tenido lugar en cuestión de minutos. Dios requiere
prontitud de acción. Las demoras y dudas, la vacilación e indecisión
frecuentemente le dan al enemigo todas las ventajas. Mi hermano,
usted necesita reformarse. La habilidad de escoger el momento
oportuno de las cosas puede decir mucho en favor de la verdad.
Frecuentemente se pierden victorias debido a las demoras. Habrá
crisis en esta causa. Una acción rápida y decidida en el momento
oportuno ganará triunfos gloriosos, mientras que la demora y el
descuido resultarán en grandes fracasos y en un deshonor seguro
para Dios. Los movimientos rápidos en el momento crítico a menudo
desarman al enemigo, y él queda chasqueado y derrotado porque
había esperado que hubiera tiempo para trazar planes y valerse de
ardides.
Dios quiere que los hombres vinculados con su obra en Battle
Creek decidan en forma inmediata y que sus mentes, cuando es
necesario, actúen como relámpago. Se necesita positivamente la
mayor prontitud en la hora de riesgo y peligro. Cada plan puede
estar bien trazado para lograr ciertos resultados, y sin embargo una
demora muy breve puede hacer que las cosas asuman una forma
enteramente diferente, y los grandes objetivos que podrían haberse
ganado se pierden por falta de una previsión rápida y una eficiencia
inmediata. Mucho puede hacerse para entrenar la mente a fin de que