Página 523 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 3 (2004)

Basic HTML Version

Liderazgo
519
en lo profundo ese amor e interés ferviente e inexpresable por la
causa de Dios y por las almas, que ellos jamás han experimentado,
y que ha llevado cargas en la causa de Dios que ellos jamás han
levantado.
Algunos amigos carentes de previsión y de experiencia, no pue-
den, con su visión estrecha, apreciar los sentimientos de alguien que
ha estado en íntima armonía con el alma de Cristo en relación con la
salvación de otros. Aquellos que quisieran decir que son sus amigos
malentienden sus motivos e interpretan erróneamente sus actos, has-
ta que, como Job, él prorrumpe en una ferviente oración: Sálvame
de mis amigos. Dios toma el caso de Job en sus manos. Su paciencia
ha sido severamente probada; pero cuando Dios habla, todos sus
sentimientos quisquillosos cambian. La justificación propia que él
sentía que era necesaria para resistir la condenación de sus amigos
no es necesaria ante Dios. Él nunca juzga mal; nunca yerra. Dice el
Señor a Job: “Cíñete ahora como varón”, y Job tan pronto oye la voz
divina inclina su alma con un sentido de su pecaminosidad, y dice
ante Dios: “Me aborrezco y me arrepiento, en polvo y en ceniza”.
Job 38:3; 42:6 (NRV)
.
Cuando Dios ha hablado, mi esposo ha oído su voz; pero so-
brellevar la condenación y las imputaciones de sus amigos que no
parecen discriminar, ha sido una gran prueba. Cuando sus hermanos
hayan soportado bajo las mismas circunstancias, y hayan llevado
las responsabilidades que él ha llevado, con tan poco aliento y ayu-
da como él ha tenido, entonces podrán comprender cómo sostener,
cómo consolar, cómo bendecir, sin torturar sus sentimientos con
imputaciones y censuras que él de ninguna manera merece.
[559]