Página 555 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 3 (2004)

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Exclusividad de la familia
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cuán breves en duración y cuán pequeñas nos parecerán las cosas de
este mundo en comparación con la gloria del mundo mejor. Cristo
nunca habría dejado las cortes celestiales y tomado la humanidad,
ni se habría hecho pecado por la raza humana, si no hubiera visto
que el hombre, con su ayuda, podría llegar a ser infinitamente feliz y
obtener riquezas perdurables y una vida que correría paralela con la
vida de Dios. Sabía que sin su ayuda el hombre pecador no podría
alcanzar estas cosas.
Deberíamos tener un espíritu de progreso. Debemos estar en
guardia continuamente contra la tendencia a concentrarnos en nues-
tras opiniones, sentimientos y acciones. La obra de Dios va hacia
delante. Deben efectuarse reformas, y debemos aferrarnos al carro
de la reforma y ayudar a que éste avance. Cada cristiano necesita
ahora energía mitigada con paciencia, y ambición equilibrada con
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sabiduría. Se nos ha dejado a nosotros, los discípulos de Cristo, la
obra de salvar almas. Ninguno de nosotros está excusado. Muchos se
han achicado y empequeñecido en su vida cristiana debido a la inac-
ción. Debiéramos emplear diligentemente nuestro tiempo mientras
estamos en este mundo. ¡Cuán fervientemente debiéramos aprove-
char cada oportunidad de hacer bien, de traer a otros al conocimiento
de la verdad! Nuestro lema debiera ser siempre: “Hacia adelante,
más arriba”, avanzando segura y firmemente al deber y a la victoria.
Se me ha mostrado en cuanto a los individuos mencionados
que Dios los ama y que los salvará si ellos quieren ser salvados
en la manera establecida por el Señor. “Y se sentará para afinar
y limpiar la plata; porque limpiará a los hijos de Leví, los afinará
como a oro y como a plata, y traerán a Jehová ofrenda en justicia.
Y será grata a Jehová la ofrenda de Judá y de Jerusalén, como en
los días pasados, y como en los años antiguos”.
Malaquías 3:3,
4
. Éste es el proceso de refinación y purificación que realiza el
Señor de los ejércitos. Es una obra muy penosa para el alma, pero
es el único proceso por el cual pueden eliminarse las escorias e
impurezas contaminadoras. Nuestras pruebas son todas necesarias
para acercarnos a nuestro Padre celestial en obediencia a su voluntad,
para que podamos llevar al Señor una ofrenda de justicia. A cada una
de las personas cuyos nombres se mencionan aquí Dios les ha dado
capacidades y talentos que deben aprovechar. Cada uno necesita
una experiencia nueva y viva en la vida divina, a fin de hacer la