Página 565 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 3 (2004)

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El pecado de la codicia
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un costo infinito, pero que usted valoró tan poco hasta el punto de
venderla por riquezas terrenales.
Ahora le queda poco tiempo. ¿Trabajará? ¿Se arrepentirá? ¿O
morirá completamente sin preparación, adorando el dinero, glorifi-
cando sus riquezas, y olvidando a Dios y el cielo? Ninguna lucha
débil o esfuerzos vacilantes cortarán sus afectos por el mundo. Jesús
le ayudará. En cada esfuerzo ferviente que usted haga, él estará cerca
suyo y bendecirá sus intentos. Debe hacer esfuerzos fervientes o se
perderá. Le amonesto que no demore un momento, sino que comien-
ce precisamente ahora. Usted ha deshonrado por mucho tiempo el
nombre de cristiano con su codicia y sus tratos mezquinos. Ahora
puede honrarlo trabajando en una dirección opuesta y permitiendo
que todos vean que hay poder en la verdad de Dios para transformar
la naturaleza humana. Usted, en la fuerza de Dios, puede salvar su
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alma si lo quiere.
Usted tiene una obra que hacer, que debería comenzar inmediata-
mente. Satanás estará a su lado, como estuvo al lado de Cristo en el
desierto de la tentación, para vencerlo con sus razonamientos, para
pervertir su juicio y paralizar su sentido de lo correcto y de lo justo.
Si usted hace justicia en un solo caso, no debe esperar que Satanás
venza sus buenos impulsos mediante su razonamiento. Usted ha
estado dominado por el egoísmo y la codicia por tanto tiempo que
no puede confiar en usted mismo. No quiero que pierda el cielo. Se
me han mostrado los actos egoístas de su vida, sus maquinaciones y
cálculos ocultos, sus trueques, y la manera como se ha aprovechado
de sus hermanos y de sus semejantes. Dios tiene cada caso escrito
en el libro. ¿Acudirá usted en oración a Dios para que ilumine su
mente a fin de que vea dónde ha engañado, para que entonces se
arrepienta y redima el pasado?
Hermano P, quiera Dios ayudarlo antes que sea demasiado tarde.
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