Página 570 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 3 (2004)

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Testimonios para la Iglesia, Tomo 3
abnegación, en sacrificar su comodidad y sus inclinaciones. Trabaja
demasiado en relación con el salario. No se aplica rigurosamente a
su trabajo, sino que meramente toca aquí y allá sin perseverancia ni
esfuerzo, y así no tiene éxito en nada. Dios desaprueba a tales profe-
sos obreros. Son infieles en todo. Sus conciencias no son sensibles
ni tiernas.
Introducir la verdad en algunos lugares y luego carecer de valor,
energía y tacto para completar el trabajo es un gran error, porque se
deja el trabajo sin que se haga ese esfuerzo completo y perseverante
que es positivamente esencial en estos lugares. Si las cosas son
difíciles, si surge la oposición, él hace una retirada cobarde en vez
de acudir a Dios con ayuno, oración y llanto, aferrándose por fe a
la Fuente de luz, poder y fortaleza hasta que las nubes se despejen
y se disperse la oscuridad. La fe se fortalece al entrar en conflicto
con dudas e influencias opositoras. La experiencia obtenida en estas
pruebas es de más valor que las joyas más costosas.
El resultado de sus labores, hermano R, debiera avergonzarlo.
Dios no puede aceptarlas. Sería mejor para la causa de Dios si usted
dejara de predicar, y tomara un trabajo que implique menos respon-
sabilidad. Sería mejor si fuera a trabajar con sus manos. Humille
su corazón ante Dios; sea fiel en los asuntos temporales; y cuando
usted muestre que es fiel en las responsabilidades menores, Dios
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puede encomendarle cometidos más elevados. “El que es fiel en lo
muy poco, también en lo más es fiel; y el que en lo muy poco es
injusto, también en lo más es injusto”.
Lucas 16:10
. Usted necesita
una experiencia más profunda en los asuntos religiosos. Le aconsejo
que vaya a trabajar con sus manos y que le ruegue fervientemente
a Dios que le dé una experiencia espiritual personal. Aférrese a
Jesús y nunca, nunca se atreva a asumir las responsabilidades de un
ministro del evangelio hasta que sea un hombre convertido y tenga
un espíritu manso y apacible. Necesita mantenerse alejado de la obra
de Dios hasta que sea dotado con poder de lo alto. Ningún hombre
puede tener éxito en salvar almas a menos que Cristo obre con sus
esfuerzos y el yo sea puesto a un lado.
Un ministro de Cristo debiera estar plenamente equipado para
toda buena obra. Usted ha sido un fracaso miserable. Debe mostrar
en su familia esa amable consideración, esa ternura, amor, bondad,
noble paciencia y verdadera cortesía que es propia de quien es la