Página 589 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 3 (2004)

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“No puedo ir”
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amonestando al mundo, y muchos ya se apartan de la costumbre
de pisotear el sábado de Jehová. Dios acompaña esta obra y el
hombre no puede detenerla. Los ángeles de Dios cooperan con los
esfuerzos de sus siervos fieles, y la obra progresa constantemente.
Encontraremos oposición de toda clase, como la encontraron los
que edificaban las murallas de Jerusalén; pero si velamos, oramos y
trabajamos como ellos lo hicieron, Dios peleará nuestras batallas y
nos dará preciosas victorias.
Nehemías “siguió a Jehová, y no se apartó de él, sino que guardó
los mandamientos que Jehová prescribió a Moisés. Y Jehová estaba
con él”.
2 Reyes 18:6, 7
. Le enviaron repetidas veces mensajeros para
solicitar un parlamento, pero él se negó a recibirlos. Los enemigos
hicieron audaces amenazas con respecto a lo que se proponían hacer,
y mandaron mensajeros a arengar al pueblo que se dedicaba a la
obra de reconstrucción. Estos mensajeros presentaron incentivos
halagadores y prometieron a los constructores dejarlos libres de
restricciones y concederles maravillosos privilegios, si unían sus
intereses a los suyos y dejaban su labor de construcción.
Pero se dio al pueblo la orden de no entrar en controversia con
sus enemigos y de no contestarles, a fin de no darles la ventaja de
las palabras. Los enemigos recurrieron a las amenazas y al ridículo.
Dijeron: “Lo que ellos edifican del muro de piedra, si subiere una
zorra lo derribará”. Sanbalat “se enojó y se enfureció en gran manera,
e hizo escarnio de los judíos”. Nehemías oró así: “Oye, oh Dios
nuestro, que somos objeto de su menosprecio, y vuelve el baldón de
ellos sobre su cabeza”.
“Y les envié mensajeros, diciendo: Yo hago una gran obra, y no
puedo ir; porque cesaría la obra, dejándola yo para ir a vosotros.
Y enviaron a mí con el mismo asunto hasta cuatro veces, y yo les
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respondí de la misma manera. Entonces Sanbalat envió a mí su
criado para decir lo mismo por quinta vez, con una carta abierta en
su mano”.
Nehemías 4:3, 1, 4; 6:3-5
.
Encontraremos la más feroz oposición de parte de los adventistas
que se oponen a la ley de Dios. Pero, como los que edificaron las
murallas de Jerusalén, no debemos dejarnos distraer ni estorbar de
nuestra obra por los informes, por los mensajeros que desean entrar
en discusión o controversia, ni por las amenazas amedrentadoras,
la publicación de mentiras, o ninguno de los recursos que Satanás