Página 67 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 3 (2004)

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Obreros para Dios
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peramento irritable y desdichado. Frecuentemente no puede ver lo
bueno cuando se encuentra directamente en su camino. Ve sólo lo
malo y se desanima muy fácilmente. Satanás hace ante él una mon-
taña de un grano de arena. Teniendo en cuenta todas las cosas, en
muchos aspectos el hermano B K ha seguido un curso de acción
menos censurable que su hermano, porque ha sido menos dañino
para la causa de la verdad presente.
Estos hermanos consanguíneos deben reconciliarse plenamente
antes que puedan suprimir de la causa de Dios la deshonra que su
desunión ha causado. “En esto se manifiestan los hijos de Dios, y
los hijos del diablo: todo aquel que no hace justicia, y que no ama a
su hermano, no es de Dios”.
1 Juan 3:10
. “El que dice que está en
la luz, y aborrece a su hermano, está todavía en tinieblas”.
1 Juan
2:9
. Aquellos que trabajan para Dios debieran ser vasos limpios,
santificados para el uso del Maestro. “Limpiaos los que lleváis los
vasos del Señor”.
Isaías 52:11 (NRV)
. “Si alguno dice: Yo amo a
Dios, y aborrece a su hermano, es mentiroso. Pues el que no ama a
su hermano a quien ha visto, ¿cómo puede amar a Dios a quien no
ha visto? Y nosotros tenemos este mandamiento de él: El que ama a
Dios, ame también a su hermano”.
1 Juan 4:20, 21
.
Los embajadores de Cristo tienen ante ellos una obra de respon-
sabilidad sagrada. Son sabor de vida para vida, o de muerte para
muerte. Su influencia decide el destino de almas por quienes Cristo
murió. El hermano y la hermana K carecen de experiencia. No han
vivido en santidad. No han tenido un conocimiento profundo y ca-
bal de la voluntad divina. No han estado avanzando firmemente y
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ascendiendo en la vida divina, como para que su experiencia pudiera
ser de valor para la iglesia. Su curso de acción ha sido una carga no
pequeña para la iglesia.
La vida pasada de la hermana K no ha sido de tal naturaleza que
su experiencia pudiera ser una bendición para otros. Ella no ha vivido
de acuerdo con sus convicciones del deber. Ha violado demasiadas
veces su conciencia. Ha buscado los placeres y ha entregado su vida
a la vanidad, la frivolidad y las modas, a pesar de la luz de la verdad
que ha brillado sobre su sendero. Conocía el camino, pero descuidó
de caminar en él. El Señor le dio a la hermana K un Testimonio de
advertencia y reprensión. Ella creyó en el Testimonio y se separó
del grupo donde eran amantes de los placeres más que de Dios.