Página 118 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 4 (2007)

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Testimonios para la Iglesia, Tomo 4
una madre cuya experiencia diaria en la vida cristiana la acredite
para aconsejarlo e instruirlo. Está en esa edad precisa en la que una
madre tierna y juiciosa puede moldearlo con su influencia; pero
temo, hermana K, que usted prefiere moldear a sus hijos según las
modas del mundo y descuida enseñarles que la obra importante de
la vida es formar caracteres que aseguren la inmortalidad.
Si L no desea familiarizarse con los temas religiosos y el cristia-
nismo práctico, su vida será un error. Tendría que ver que necesita
que lo eduquen en los asuntos espirituales, que puede poner todas
sus habilidades al servicio de Dios. El Señor necesita jóvenes que
trabajen en su viña. Los jóvenes no deben descuidar las materias
fundamentales para su formación. Pero si dedican toda su atención
al estudio secular, y no desean ser expertos en el gran tema de la
religión, si no adquieren una experiencia cristiana, se descalifican
para la obra de Dios. Aunque las ventajas de la educación puedan ser
favorables, se necesita algo más que el conocimiento de los libros
para salvar el alma y mover a otros al arrepentimiento. Dedicar un
período de años exclusivamente a la adquisición de conocimiento
científico no prepara para ser un obrero eficiente al servicio de Dios.
Los jóvenes tienen que dedicar mucho de su tiempo al estudio.
Sin embargo, también deberían añadir el trabajo físico a sus esfuer-
zos mentales y poner en práctica el conocimiento que han obtenido
para que, mediante el ejercicio útil, todas las facultades de la mente
y la fuerza del cuerpo puedan desarrollarse por igual. No deberían
descuidar los asuntos necesarios para su salvación ni considerarlos
como algo secundario en la vida.
Queridos hermano y hermana, Dios ama a su familia y desea
derramar sus bendiciones especiales sobre ustedes para que puedan
ser instrumentos de justicia que dirijan a otros hacia el cielo. Si
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se consagrara por completo a Dios, el hermano K podría hacer
un gran bien en la comunidad que estuviera dispuesta a recibir y
apreciar su consejo e influencia. Tenemos grandes esperanzas de que
ambos corregirán aquellos aspectos de su vida que no están bien y
renovarán la fe y la obediencia a Dios. Él les dará esa misma fuerza
que prometió para ayudar a aquellos que invocan su nombre.
Joven hermano L, cometió un error en su vida. Al concentrarse
en sus estudios descuidó el desarrollo de todas sus facultades. El
crecimiento moral nunca debe ser ahogado por el esfuerzo de ad-