Página 119 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 4 (2007)

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La influencia del entorno social
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quirir una formación, sino que debe ser cultivado en grado mucho
mayor de lo que se suele considerar necesario. Apreciado joven, fue
ambicioso para obtener los conocimientos. Esa ambición es digna
de alabanza; pero para complacerla descuidó sus intereses eternos y
los consideró secundarios. Dios y el cielo han ocupado una posición
subordinada en sus afectos. No observó las exigencias de la sagrada
ley de Dios en su vida diaria. Mancilló la santidad del sábado e
invadió ese tiempo sagrado, que no le pertenece, con las tareas de
estudio y lo ocupó con sus propios propósitos. Dios dijo: “No hagas
en él obra alguna”.
Éxodo 20:10
.
“Si retrajeres del día de reposo tu pie, de hacer tu voluntad en
mi día santo, y lo llamares delicia, santo, glorioso de Jehová; y
lo venerares, no andando en tus propios caminos, ni buscando tu
voluntad, ni hablando tus propias palabras, entonces te deleitarás en
Jehová; y yo te haré subir sobre las alturas de la tierra, y te daré a
comer la heredad de Jacob tu padre; porque la boca de Jehová lo
ha hablado”.
Isaías 58:13, 14
. Ha cedido a la inclinación y no ha
atendido su deber permitiendo que sus estudios ocuparan el lugar
supremo que corresponde a los mandamientos del Altísimo.
La organización de las reuniones campestres es muy costosa.
En esas grandes reuniones, los ministros que propagan las verdades
impopulares se esfuerzan en exceso por presentar el mensaje de
misericordia del Redentor crucificado a los pobres pecadores caídos.
Menospreciar o tratar con indiferencia esos mensajes es cercenar
la misericordia de Dios y su sincero llamado de alerta. Su ausencia
en esas reuniones ha sido muy dañina para su bienestar espiritual.
No ha recibido la fuerza que podría haber obtenido al escuchar la
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predicación de la palabra de Dios y mezclarse con los que creen
en la verdad. Su mente se ha adormecido en una apatía fatal al
respecto del bienestar de su alma. Ha puesto su educación secular
por encima del conocimiento que se obtiene en la escuela de Cristo.
La experiencia en la verdadera vida religiosa es necesaria para
formar un carácter aceptable para Dios y conseguir virtudes tan
puras que puedan presentar la luz del cielo.
¡Cuánta prontitud mostró para disciplinar su mente con el estudio
y conocer bien sus libros de texto para poder aprobar un examen ante
sus instructores, sus amigos y otros espectadores interesados! ¡Cuán
ambicioso fue para demostrar que había sido un estudiante diligente