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Testimonios para la Iglesia, Tomo 4
Cultive la disposición a creer que los demás son mejores que
usted. Sea menos autosuficiente, confíe menos en sí mismo; ali-
mente la paciencia, el autocontrol y el amor fraterno. Esté presto
para ayudar al extraviado y tenga misericordia y compasión por los
débiles. No es preciso que abandone sus negocios para glorificar
al Señor; día tras día, en cada acto y cada palabra, honre a Aquel
a quien sirve, de ese modo será una influencia regeneradora para
aquellos que están en contacto con usted.
Sea cortés, tenga un corazón tierno, perdone a los demás. Que
su yo se hunda en el amor de Jesús; así podrá honrar al Redentor y
hacer la obra que él le ha asignado. Poco conoce las tribulaciones
de las pobres almas que han caído en las cadenas de las tinieblas y
carecen de resolución y fuerza moral. Esfuércese por comprender la
debilidad de los demás. Ayude a los necesitados, crucifique su yo y
permita que Jesús tome posesión de su alma para que pueda desarro-
llar los principios de la verdad en su vida diaria. Sólo entonces será
una bendición como nunca fue para la iglesia y aquellos con los que
esté en contacto.
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