Jeremías reprende a Israel
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nuestro padre nos ordenó diciendo: No beberéis jamás vino vosotros
ni vuestros hijos’”.
Jeremías 35:6
.
“Y vino palabra de Jehová a Jeremías, diciendo: ‘Así ha dicho
Jehová de los ejércitos, Dios de Israel: ‘Ve y di a los varones de
Judá, y a los moradores de Jerusalén: ‘¿No aprenderéis a obedecer
mis palabras?’”, dice Jehová. Fue firme la palabra de Jonadab hijo
de Recab, el cual mandó a sus hijos que no bebiesen vino, y no lo
han bebido hasta hoy, por obedecer al mandamiento de su padre”.
Jeremías 25:12-14
.
Dios contrasta la obediencia de los recabitas con la desobedien-
cia y la rebelión de su pueblo, que no quería recibir sus palabras de
reprensión y advertencia. Los recabitas obedecieron el mandamiento
de su padre y no quisieron ser acusados de transgredir sus deseos.
Pero Israel rechazó escuchar al Señor. Dijo: “Yo os he hablado a
vosotros desde temprano y sin cesar, y no me habéis oído. Y envié a
vosotros todos mis siervos los profetas, desde temprano y sin cesar,
para deciros: ‘Volveos ahora cada uno de vuestro mal camino, y
enmendad vuestras obras, y no vayáis tras dioses ajenos para ser-
virles, y viviréis en la tierra que di a vosotros y a vuestros padres;
mas no inclinasteis vuestro oído, ni me oísteis. Ciertamente os hijos
de Jonadab hijo de Recab tuvieron por firme el mandamiento que
les dio su padre; pero este pueblo no me ha obedecido’. Por tanto,
así ha dicho Jehová de los ejércitos, Dios de Israel: ‘He aquí traeré
sobre Judá y sobre todos los moradores de Jerusalén todo el mal que
contra ellos he hablado; porque les hablé, y no oyeron; los llamé, y
no han respondido’”.
“Y dijo Jeremías a la familia de los recabitas: ‘Así ha dicho
Jehová de los ejércitos, Dios de Israel: Por cuanto obedecisteis al
mandamiento de Jonadab vuestro padre, y guardasteis todos sus
mandamientos, e hicisteis conforme a todas las cosas que os mandó;
por tanto, así ha dicho Jehová de los ejércitos, Dios de Israel: ‘No
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faltará de Jonadab hijo de Recab un varón que esté en mi presencia
todos los días’”.
Jeremías 35:14-19
.
Los recabitas recibieron alabanza por su pronta y dispuesta obe-
diencia, mientras que el pueblo de Dios no quiso escuchar la repren-
sión de sus profetas. Puesto que les había hablado y no quisieron
escucharlo, puesto que los había llamado y no quisieron responder,
Dios pronunció juicio contra los israelitas. Jeremías repitió las pala-