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Testimonios para la Iglesia, Tomo 4
buscarán de mañana, y no me hallarán. Por cuanto aborrecieron
la sabiduría, y no escogieron el temor de Jehová, ni quisieron mi
consejo, y menospreciaron toda reprensión mía, comerán del fruto
de su camino, y serán hastiados de sus propios consejos. Porque el
desvío de los ignorantes los matará, y la prosperidad de los necios
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los echará a perder; mas el que me oyere, habitará confiadamente y
vivirá tranquilo, sin temor del mal”.
Proverbios 1:8-10; 20-33
.
Es preciso que se mantenga el orden en las distintas instituciones
de _____. Se debe erradicar la insubordinación. Nadie que habiendo
sido instruido por padres observadores del sábado y gozado del
privilegio de poder escuchar la vedad pero que, aun así, persista
en su rebelión contra sus enseñanzas debe permanecer en la obra.
Ninguna persona que hable con ligereza de ella o trate nuestra santa
fe con menosprecio debe permanecer en la obra de Dios. Quienes a
pesar de que han estado relacionados por tanto tiempo con la obra
y han tenido múltiples oportunidades de aceptar nuestra fe, pero
manifiestan oposición a la verdad deben ser apartados de la obra. Si
persisten en menospreciar la luz y considerar la salvación como algo
liviano, su influencia es contraria a la verdad. Esa misma indiferencia
ejerce una influencia dañina cuyo resultado es el enfriamiento de la
fe de los otros y su alejamiento de Dios. Los impenitentes y rebeldes
no deben ocupar cargos que podrían ser desempeñados por personas
que respeten la verdad y se rinden a la influencia del Espíritu de
Dios porque están íntimamente vinculadas con su sagrada tarea.
La influencia de los jóvenes en la obra no es la que debiera. A y
B, virtualmente, han trabajado contra la causa. La influencia de su
conversación y de su comportamiento ha sido tal que ha desagradado
a los que no creen y los ha alejado de nuestra fe y de Cristo. Los
jóvenes que no escuchan las advertencias de la palabra de Dios y
tratan con liviandad los
Testimonios
del Espíritu Santo no son más
que una maldición viviente para la obra y deben ser apartados de
ella.
Los jóvenes cuyas influencias son desmoralizadoras no tienen
nada que ver con nuestro colegio. Aquellos que están poseídos por
un sentimentalismo enfermizo y asisten a la escuela sólo como
una oportunidad para flirtear e intercambiar atenciones inadecuadas
deben ser sometidos a las más estrictas normas. Es preciso que se