Página 213 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 4 (2007)

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Son necesarias las reprobaciones fieles
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la vez que mostraba que aquellos eran completamente negligentes
en el cumplimiento de su deber. Esas personas no se dan cuenta de
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que Dios los considera responsables de cada ventaja que obtiene el
adversario, al cual se le ha permitido entrar en el campamento. La
desolación y la ruina que siguen están a las puertas de los centinelas
infieles, quienes, por causa de su negligencia, se convierten en agen-
tes en manos del adversario para ganar almas para la destrucción.
Los hombres que ocupan cargos de responsabilidad deben buscar
la sabiduría y la dirección de Dios y no confiar en su propio juicio
y conocimiento. Como Salomón, deben orar fervientemente para
obtener fe y luz y Dios les dará generosas provisiones.
Dios desea que su obra sea llevada a cabo con inteligencia,
no desorganizadamente. Desea que se lleve a cabo con fidelidad
y cuidadosa meticulosidad; sólo así Dios podrá poner su sello de
aprobación sobre ella. Bendecirá y guiará a los que lo aman y andan
con temor y humildad delante de él y los vinculará con el cielo. Si los
obreros depositan en él su confianza, les dará sabiduría y corregirá
sus enfermedades para que puedan ser capaces de desempeñar la
obra del Señor con perfección.
Debemos revestirnos de la armadura y estar preparados para
resistir con éxito todos los ataques de Satanás. Su malignidad y cruel
poder no están valorados en su justa medida. Cuando ve frustrados
sus planes, retrocede un poco, cambia de táctica y vuelve a atacar
con nuevos prodigios destinados a seducir y destruir a los hijos de
los hombres. Se debería advertir muy encarecidamente a los jóvenes
contra su poder y, con paciencia y oración, enseñarles a soportar las
pruebas que, sin duda, les llegarán en la vida. Deben ser guiados
para que se aferren a la palabra de Dios y presten atención a los
consejos.
Vivir la fe según los méritos del Redentor crucificado los llevará
sanos y salvos a través del horno ardiente de la aflicción y las pruebas.
Al igual que sucedió con los tres amigos de Daniel, el Cuarto los
acompañará en el abrasador calor del horno ardiente y ni siquiera
sus vestidos serán tocados por el olor del humo. Debemos animar a
nuestros hijos para que sean estudiosos de la Biblia y tengan firmes
principios religiosos que resistan la prueba de los peligros que, con
toda certeza, experimentarán todos los que vivan en la tierra durante
los últimos días del fin de la historia del mundo.
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