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Testimonios para la Iglesia, Tomo 4
cobraron sus fuerzas y recibieron bendición de Dios. Las palabras
de la inspiración consuelan y alientan al alma que yerra. Aunque los
patriarcas y los apóstoles estuvieron sujetos a las flaquezas humanas,
por la fe obtuvieron buen renombre, pelearon sus batallas con la
fuerza del Señor y vencieron gloriosamente. Así también podemos
nosotros confiar en la virtud del sacrificio expiatorio y ser vencedores
en el nombre de Jesús. La humanidad fue humanidad en todas partes
del mundo, desde el tiempo de Adán hasta la generación actual; y a
través de todas las edades el amor de Dios no tiene comparación.
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