Página 228 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 4 (2007)

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Oposición a las advertencias fieles
El 3 de enero de 1875 se me mostró que, antes de que Dios pueda
hacer algo por ellos, los que están en California y profesan creer
la verdad tienen mucho trabajo por hacer. Muchos se engañan a sí
mismos con la idea de que están a bien con Dios, y no ven que los
principios de la verdad no habitan en sus corazones. Estas personas
sólo pueden volver al orden mediante la búsqueda perseverante,
diligente y sincera del consejo del Testigo Fiel. Se encuentran en
una condición fría, formal y apartada de Dios. A ellos van dirigidas
las palabras del Testigo Fiel: “Yo conozco tus obras, que ni eres frío
ni caliente. ¡Ojalá fueses frío o caliente! Pero por cuanto eres tibio,
y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca. Porque tú dices: ‘Yo
soy rico, y me he enriquecido, y de ninguna cosa tengo necesidad’;
y no sabes que tú eres un desventurado, miserable, pobre, ciego y
desnudo. Por tanto, yo te aconsejo que de mí compres oro refinado
en fuego, para que seas rico, y vestiduras blancas para vestirte, y
que no se descubra la vergüenza de tu desnudez; y unge tus ojos con
colirio, para que veas. Yo reprendo y castigo a todos los que amo;
sé, pues, celoso, y arrepiéntete”.
Apocalipsis 3:15-19
.
Hermano G, no responde a las llamadas de Dios. Su fuerza espi-
ritual y su crecimiento en la gracia serán proporcionales a la labor
de amor y las buenas obras que haga alegremente por su Salvador,
el cual no ha escatimando nada, ni siquiera su propia vida, para
salvarlo. El apóstol ordena: “Sobrellevad los unos las cargas de los
otros, y cumplid así la ley de Cristo”.
Gálatas 6:2
. No basta con que
profese fe en los mandamientos de Dios; debe participar de la labor.
Usted es un transgresor de la ley de Dios. No lo ama con todo su
corazón, con toda su fuerza y toda su mente; y tampoco obedece
los últimos seis mandamientos porque no ama a su prójimo como
a sí mismo. Su amor por sí mismo es mayor que el que siente por
Dios y por su prójimo. Guardar los mandamientos de Dios nos exige
más de lo que usted está dispuesto a dar. Dios le pide buenas obras,
abnegación, sacrificio y dedicación a la búsqueda del bien de los
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