Página 229 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 4 (2007)

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Oposición a las advertencias fieles
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demás, para que, valiéndose de usted como su instrumento, las almas
puedan ser traídas a la verdad.
[226]
Ciertamente, ninguno de nosotros se salvará únicamente por ha-
ber hecho buenas obras; pero sin buenas obras es imposible que al-
guien se salve. Después de haber hecho todo cuanto esté en nuestras
manos, en nombre de la fuerza de Jesús deberemos decir: “Somos
siervos inútiles”. No debemos pensar que hemos hecho grandes
sacrificios y que, por lo tanto, merecemos una gran recompensa por
nuestros flacos servicios.
La autojustificación y la seguridad carnal se han cernido sobre
usted como si de aros de acero se tratase. Debe ser celoso y arre-
pentirse. Se ha equivocado al mostrarse tolerante con los desafectos
cuyas conductas estaban en oposición con la obra que el Señor,
mediante sus siervos, estaba llevando Su corazón no estaba a bien
con Dios y no recibió la luz que él le envió. Predispuso su obsti-
nada voluntad a resistir la reprensión que el Señor le enviaba con
amor. Sabía que era cierta, pero quiso cerrar los ojos a su verdadera
condición. Tanto si escucha el llamado de reprensión y adverten-
cia que Dios le ha enviado como si lo desoye, tanto si se reforma
como si persiste en sus defectos de carácter, llegará un día en que
se dará cuenta de lo que habrá perdido al ponerse en una posición
desafiante, combatiendo en espíritu contra los siervos de Dios. Su
sentimiento de amargura hacia el hermano H es desconcertante. Él
se ha esforzado, se ha desvivido y se ha sacrificado por llevar a cabo
la obra de Dios en aquella costa. Aun así, su ceguera, causada por
una vida y un corazón sin consagrar, lo ha empujado a atreverse,
junto con I y J, a tratar cruelmente al siervo de Dios. “No toquéis
[...] a mis ungidos, ni hagáis mal a mis profetas” (
1 Crónicas 16:22
;
Salmos 105:15
), dijo Dios. No es asunto vano para usted alinearse,
como así ha hecho, contra los hombres que Dios ha enviado con luz
y verdad para el pueblo. Cuide que su influencia no aparte las almas
de la verdad que declaran los siervos que Dios ha enviado porque
una terrible desgracia se cierne sobre usted.
Satanás lo ha usado como su agente para insinuar dudas y reiterar
las insinuaciones y malas interpretaciones que se originan en un co-
razón sin santificar que Dios habría limpiado de toda contaminación.
Sin embargo, usted no quiso recibir instrucción, rehusó la corrección,
rechazó las reprobaciones y obró siguiendo sus propia voluntad y su