Página 254 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 4 (2007)

Basic HTML Version

Soberbia en la iglesia y en la familia
Apreciado hermano M: Se me mostró en visión que tiene algunos
defectos de carácter que deben ser corregidos. Sus sentimientos hacia
su esposa, así como el modo que tiene de verla, no son correctos.
No la valora correctamente. No le ha dicho las palabras de afecto
y amor que ella merece. Su hombría no se verá menoscabada si la
elogia por el cuidado que dedica a la familia y las cargas que éste
conlleva.
Usted es orgulloso y exigente. Se fija en pequeñeces y habla
de los errores insignificantes de su esposa y sus hijos. En pocas
palabras: ansía medir sus conciencias según el rasero de la suya
propia; trata de ser su conciencia. Su esposa tiene su propia identidad
y nunca se fundirá con la de usted; tiene una individualidad que debe
conservar porque ella es responsable de sus propios actos ante Dios.
Hermano M, no puede hacerse responsable ante Dios por el carácter
que desarrolle su esposa. Sólo ella cargará con esa responsabilidad.
Dios quiere tanto influir en la conciencia de su esposa temerosa de
Dios como en la de usted respecto de su esposa.
Exige demasiado a su esposa e hijos. Los censura en exceso.
Bastaría con que mostrara un carácter alegre y feliz, que les habla-
se con amabilidad y ternura, para que la luz entrara a su morada
y arrojara fuera las nubes de tristeza e infelicidad. Tiene una idea
demasiado elevada de sus opiniones; ha adoptado posiciones extre-
mas y no ha permitido que el juicio de su esposa tenga el peso que
debería tener en su familia. Ni siquiera la ha respetado ni tampoco ha
educado a sus hijos para que respeten sus juicios. No le ha permitido
ser su igual y, en lugar de eso, ha tomado en sus manos las riendas
del gobierno y el control, y se ha aferrado a ellas. Su disposición
no es afectuosa ni compasiva. Esos son los rasgos del carácter que
es preciso que cambie si su deseo es vencer y convertirse en una
bendición de Dios para su familia.
Sus opiniones son muy rígidas y esto es una dificultad para su
familia. Es preciso que la gracia de Dios ablande su corazón. El
250