Página 306 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 4 (2007)

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Testimonios para la Iglesia, Tomo 4
Estas palabras de Cristo deben grabarse en el corazón de todos
los que creen la verdad presente: “Mirad por vosotros, que vuestros
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corazones no sean cargados de glotonería y embriaguez y de los
cuidados de esta vida, y venga de repente sobre vosotros aquel día”.
Lucas 21:34
. Cristo mismo nos presenta el peligro que nos acecha.
Él conocía los riesgos que encontraríamos en estos postreros días
y quería que nos preparásemos. “Mas como en los días de Noé, así
será la venida del Hijo del hombre”.
Mateo 24:37
. Comían y bebían,
plantaban y edificaban, se casaban y se daban en matrimonio, y no
conocieron hasta el día que Noé entró en el arca y el diluvio vino y
los barrió a todos. El día de Dios encontrará a los hombres absortos
igualmente en los negocios y placeres del mundo, en banquetes
y glotonerías, y en la complacencia del apetito pervertido, en el
consumo contaminador de bebidas y del narcótico tabaco. Tal es ya
la condición de nuestro mundo, y estas prácticas se encuentran hasta
en los que profesan pertenecer al pueblo de Dios, algunos de los
cuales siguen las costumbres del mundo y participan de sus pecados.
Abogados, mecánicos, agricultores, negociantes y aun ministros
claman desde el púlpito: “Paz y seguridad” (
1 Tesalonicenses 5:3
),
cuando la destrucción está por sobrevenirles.
Creer en la próxima venida del Hijo del Hombre en las nubes de
los cielos no inducirá a los verdaderos cristianos a ser descuidados
y negligentes en los asuntos comunes de la vida. Los que aguardan
la pronta aparición de Cristo no estarán ociosos. Al contrario, serán
diligentes en sus asuntos. No trabajarán con negligencia y falta de
honradez, sino con fidelidad, presteza y esmero. Los que se lisonjean
de que el descuido y la negligencia en las cosas de esta vida son
evidencia de su espiritualidad y de su separación del mundo incurren
en un gran error. Su veracidad, fidelidad e integridad se prueban
mediante las cosas temporales. Si son fieles en lo poco, lo serán en
lo mucho.
Se me mostró que es en esto donde muchos no superan la prueba.
Desarrollan su verdadero carácter en el manejo de las preocupacio-
nes temporales. Son infieles, maquinadores y deshonestos en su trato
con sus semejantes. No consideran que su derecho a la vida futura e
inmortal depende de cómo se conducen en los asuntos de la presente,
y que la más estricta integridad es indispensable para la formación
de un carácter justo. En todas nuestras filas se práctica la falta de