Página 307 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 4 (2007)

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Preparación para la venida de Cristo
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honradez; y ésta es la causa de la tibieza que notamos en muchos
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de los que profesan creer la verdad. Éstos no están relacionados con
Cristo y están engañando sus propias almas. Me duele declarar que
hay una alarmante falta de honradez aun entre los observadores del
sábado.
Se me llamó la atención al sermón de Cristo sobre el monte. Allí
tenemos la orden del gran Maestro: “Todas las cosas que quisierais
que los hombres hiciesen con vosotros, así también haced vosotros
con ellos; porque ésta es la ley y los profetas”
Mateo 7:12
. Esta
orden de Cristo es de máxima importancia, y debe ser estrictamente
acatada. Es como “manzanas de oro con figuras de plata”.
Proverbios
25:11
. ¿Cuántos cumplen en su vida el principio que Cristo ordenó
allí, y obran con otros como quisieran que se obrase con ellos en
circunstancias similares? Al lector le dejo la respuesta.
Un hombre honrado, según la medida de Cristo, es el que mani-
fiesta integridad inquebrantable. El peso fraudulento y las balanzas
falseadas con que muchos tratan de incrementar sus ganancias en el
mundo son abominación a la vista de Dios. Sin embargo, muchos
de los que profesan guardar los mandamientos de Dios trabajan con
pesos y balanzas falseados. Cuando un hombre está verdaderamente
relacionado con Dios y guarda su ley, su vida lo revelará, porque
todas sus acciones estarán en armonía con las enseñanzas de Cristo.
No venderá su honra por ganancia. Sus principios se basan en el fun-
damento seguro, y su conducta en asuntos mundanos es un trasunto
de sus principios. La firme integridad resplandece como el oro entre
la escoria y la basura del mundo. Se puede pasar por alto y ocultar a
los ojos de los hombres el engaño, la mentira y la infidelidad, pero
no a los ojos de Dios. Los ángeles del Señor, los cuales vigilan el
desarrollo de nuestro carácter y pesan nuestro valor moral, registran
en los libros del cielo estas transacciones menores que revelan el
carácter. Si un obrero es infiel en las vocaciones diarias de la vida,
y descuida su trabajo, el mundo no lo juzgará incorrectamente si
estima su norma religiosa de acuerdo con su norma comercial.
“El que es fiel en lo muy poco, también en lo más es fiel: y el
que en lo muy poco es injusto, también en lo más es injusto”.
Lucas
16:10
. No es la magnitud de un asunto lo que hace que sea justo o
injusto. Así como un hombre trata con sus semejantes, tratará con
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Dios. El que es infiel en las riquezas injustas, no recibirá nunca las