La causa en Texas
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A menos que cambien completamente, en no mucho tiempo, como
los hijos de Israel, estarán cansados de tanta reprensión y, como
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ellos, apostatarán de Dios. Algunos de ustedes reconocen de palabra
las reprobaciones, pero no las aceptan de corazón. Persisten en su
conducta y se vuelven menos susceptibles a la influencia del Espíritu
de Dios, se vuelven cada vez más ciegos, su sabiduría se reduce,
pierden el control de sí mismos y les flaquea la fuerza moral, a la
vez que se reduce su celo y su gozo por los ejercicios religiosos.
A menos que se conviertan, ustedes acabarán por desasirse com-
pletamente de Dios. Cuando han sido objeto de reprensión no han
llevado a cabo cambios decididos en su vida porque no han visto ni
han percibido los defectos que afean su carácter ni el gran contraste
que hay entre su vida y la vida de Cristo. Su política ha sido ponerse
a ustedes mismos en una posición en la que no llegasen a perder
completamente la confianza de sus hermanos.
Se me mostró que la condición de la iglesia de _____ es deplo-
rable. Su influencia, hermano A B, y la de su esposa, como usted y
cualquiera otro podrá ver, ha causado discordia y disensión, y será
una terrible ruina para la iglesia a menos que cambie o se convier-
ta. La relación con usted carcome y corroe a las personas. Tiene
simpatizantes porque no todos ven lo que Dios ve. La percepción
que ellos tienen de usted está pervertida por su mucha palabrería
y discursos agradables. Con cosas así, no puedo por menos que
sentirme descorazonada.
Se me mostró que en lo que se refiere a la oratoria, A B está
cualificado para dirigir las reuniones; pero es encontrado falto en
cuanto la adecuación moral es sometida a la balanza. Su corazón
no está a bien con Dios. Cuando otros son puestos en una posición
de mando se enfrentan al espíritu de oposición de A B y su esposa.
Ese espíritu sin santificar no se manifiesta abiertamente, sino que se
vale de palabras pronunciadas en secreto con el fin de obstaculizar,
desorientar y desalentar a aquellos que desempeñan sus funciones
del mejor modo que pueden. Dios lo ve y, a su debido tiempo, estas
acciones recibirán la justa recompensa. Mandar o matar es la política
de ese hermano. Por lo que a su esposa se refiere, la situación no es
mejor; sus sentidos están pervertidos y no está a bien con Dios.
Hermano A B, en el cielo se lleva un registro de su desdichada
historia. Su corazón está dividido en una lucha contra los testimonios