Página 331 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 4 (2007)

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La causa en Texas
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maltratado como lo maltrató. Sin embargo, el hermano D tiene un
Amigo en el cielo que ha defendido por él su causa y le ha dado
fuerzas para aferrarse de nuevo a las promesas de Dios. Cuando el
hermano D era víctima del gran dolor que le causó el trato recibido,
perdió la razón. Esa circunstancia fue usada contra él para demostrar
que su espíritu era maligno. Pero el Juez que todo lo ve conoce los
motivos y dará su recompensa según las obras.
Hermano A B, se ha envanecido y se ha considerado competente
para desempeñar cualquier tarea. Ha abandonado los
Testimonios
del Espíritu de Dios y, de serle posible, habría forjado todas las cosas
según un nuevo molde. ¡Cuánto le cuesta ver las cosas con la luz
correcta cuando el deber va en una dirección y sus inclinaciones
en otra! Sus ideas sobre el carácter de Cristo y de la necesaria
preparación para la vida venidera son limitadas y perversas.
Se me mostró que los hermanos B y sus familias siguen un
camino descendente. “Éstos son [...] nubes sin agua, llevadas de
acá para allá por los vientos; árboles otoñales, sin fruto”, que, si
persisten en la conducta que han llevado hasta ahora, finalmente
serán “dos veces muertos y desarraigados”.
Judas 12
. Al inclinarse
ante su propio entendimiento, han descendido hasta un punto en el
que han sido desposeídos de piedad práctica, del cielo y de Dios
como su Dios.
Si el pueblo de Dios estuviera unido a él, discerniría las limitadas
capacidades de esos hombres, sus prejuicios, su envidia, sus celos
y su confianza en ellos mismos. Las objeciones que sus perversos
corazones plantean a los
Testimonios
del Espíritu de Dios, según
la providencia de Dios, no serán borradas. Tropezarán y caerán
en cuestiones que ellos mismos habrán originado. No obstante, el
pueblo de Dios debería ver que sus orgullosos corazones nunca se
han humillado y que sus altivas miradas nunca se han rebajado.
La Biblia es clara en lo que se refiere a todos los puntos del deber
cristiano. Todos los que hacen la voluntad de Dios deben conocer la
doctrina. Pero esas personas buscan la luz de sus propias candelas y
no del Sol de Justicia.
Nadie que no exprese los sentimientos reales de su corazón
merece ser llamado veraz. La falsedad consiste, virtualmente, en la
intención de engañar y se puede demostrar con una simple mirada
o una palabra. Incluso los hechos pueden ser dispuestos y narrados
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