Página 333 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 4 (2007)

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La causa en Texas
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defectos de carácter. Sin embargo, no pueden ser seguidores de
Cristo y permanecer junto al que “ama y hace mentira”.
Apocalipsis
22:15
. Una vida tal es fraudulenta, una falsedad perpetua, un engaño
fatal. Los hombres y las mujeres tendrán que enfrentarse a sus
pecados y reconocerlos abiertamente. Ésa será la prueba definitiva de
su valentía. Decir: “Soy responsable de ese error” requiere una fuerza
de introspección que el mundo sólo posee en muy escasa medida.
Pero quien tenga el valor de decir esto con sinceridad obtiene una
decidida victoria sobre sí mismo y cierra efectivamente la puerta al
enemigo.
La adherencia a los más estrictos principios de la verdad, con
frecuencia, será la causa de incomodidades presentes, incluso de
pérdidas temporales, pero aumentará la recompensa en la vida futura.
La religión no consiste en un mero sistema de doctrinas estériles,
sino en la fe práctica que santifica la vida y corrige la conducta en el
círculo familiar y en la iglesia. Muchos diezman la menta y la ruda y,
al mismo tiempo, descuidan asuntos de mayor importancia: la mise-
ricordia y el amor de Dios. Para la perfección del carácter cristiano
es esencial andar humildemente con Dios. Dios exige los principios
más rectos en los más minuciosos detalles de las transacciones de la
vida. Cristo dijo: “El que es fiel en lo muy poco, también en lo más
es fiel”.
Lucas 16:10
.
La magnitud o la aparente insignificancia de una transacción
comercial no decide su justicia o injusticia, su honestidad o su des-
honestidad. La menor desviación de la rectitud nos sitúa en el campo
del enemigo y, si persiste, paso a paso, nos hace reos de injusticia.
Una gran parte del mundo cristiano divorcia la religión de los nego-
cios. En el trato con otros se ponen en práctica miles de pequeñas
artimañas y engaños de poca importancia que revelan el verdadero
estado del corazón y muestran su corrupción.
Usted, hermano A B, no honra la causa de la verdad. Es preciso
limpiar la fuente para que la corriente sea pura. Su esposa está
demasiado ocupada buscando la mancha y la suciedad en el carácter
de sus hermanos y hermanas. Mientras buscaba la cizaña en el jardín
ajeno ha descuidado el suyo propio. Debe esforzarse diligentemente
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para construir un carácter sin mácula. Corre el temible peligro de no
conseguirlo. Si pierde el cielo, lo perderá todo. Ambos deben hacer
limpieza en el templo del alma porque se ha ensuciado terriblemente.