Página 339 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 4 (2007)

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Advertencia a un ministro
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realizar. La providencia de Dios determinó que debía aprender a ser
paciente y templar sus pasiones. En la escuela de las privaciones y
la negación de sí mismo debía recibir una educación que sería de
la máxima importancia para él. Esas pruebas lo prepararían para
ejercer un cuidado paternal sobre todos los que necesitasen su ayuda.
Ni el conocimiento, ni el estudio, ni la elocuencia podrían sustituir
esa experiencia en las dificultades si debía tener cuidado de las almas
y tenía que dar cuenta de ellas. Al trabajar como un humilde pastor,
al olvidarse de su yo e interesarse por el rebaño que le había sido
encomendado, se preparaba para la más alta tarea jamás confiada
a un mortal, ser el pastor de las ovejas del Señor. Los que temen a
Dios y están en el mundo deben estar unidos a él. Cristo es el más
perfecto maestro que el mundo haya conocido jamás. Recibir su
conocimiento y su sabiduría fue más valioso para Moisés que toda
la ciencia de los egipcios.
Hermano y hermana F, les encomiendo que se sinceren y se
acerquen a Dios por medio de Jesucristo. “No os engañéis; Dios no
puede ser burlado: pues todo lo que el hombre sembrare, eso también
segará”.
Gálatas 6:7
. El que malgasta sus talentos y sus medios en
su propia satisfacción, en la gratificación de las más bajas pasiones,
segará corrupción. Tiene la cosecha segura. Su mente perderá su pre-
disposición y sus fuerzas. Verá quebrantado su intelecto y acortada
su vida. Dios exige de ustedes que hagan esfuerzos más decididos
para subyugarse y controlarse. Se me mostró que Dios y los ángeles
esperan prontos a ayudarlos en esta importante tarea. Si ustedes se
demoran, si buscan medidas dilatorias, quizá no lleguen a tiempo.
Su tiempo de gracia se ha alargado, su carácter está en proceso de
formación y pronto, queridos hermano y hermana, quedará fijado
para siempre. El trabajo dejado a medias no favorecerá su avance ha-
cia el cielo. La indecisión pronto lleva en la mala dirección. Muchos
deciden servirse a sí mismos y a Satanás porque no hacen esfuerzos
determinados para vencer sus defectos de carácter. Muchos, al aca-
riciar inclinaciones pecaminosas, esperando vencerlas alguna vez,
se deciden por la perdición. Hermano y hermana F, en el nombre
de Jesucristo pueden ser victoriosos incluso ahora, “en este día”.
No hagan planes ni estudien para sí. No pueden ser enteramente
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del Señor mientras den pábilo a algún tipo de soberbia. Un amor
tan grande como el que mostró el Redentor por ustedes debe ser