Página 38 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 4 (2007)

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Testimonios para la Iglesia, Tomo 4
miran estas cosas a la luz de la razón y la religión. ¿Cómo podría
cualquier hombre o mujer guardar la ley de Dios, que requiere que
los hombres amen a sus prójimos como a sí mismos, si practican la
indulgencia del apetito intemperante, que nubla el cerebro, debilita
el intelecto y llena el cuerpo con enfermedad? La intemperancia
inflama las pasiones y da rienda suelta a la lujuria. Y la razón y la
conciencia se ven cegadas por las pasiones más bajas.
Preguntamos: ¿Qué hará el esposo de la hermana A? ¿Venderá,
como Esaú, su primogenitura a cambio de un plato de lentejas?
¿Venderá él su virilidad que lo asemeja a Dios, para ceder a la indul-
gencia de su gusto pervertido que sólo trae desgracia y degradación?
“La paga del pecado es muerte”. ¿No tiene este hermano el valor
moral para negar su apetito? Sus hábitos no han estado en armonía
con la verdad y con los
Testimonios
de reproche que Dios ha visto
conveniente dar a su pueblo. Su conciencia no estaba completamente
muerta. Sabía que no podía servir a Dios y al mismo tiempo ceder
a su apetito; por lo tanto cedió a la tentación de Satanás, que era
demasiado violenta para que él la resistiera con sus propias fuerzas.
Fue vencido. Ahora achaca su falta de interés por la verdad a otras
causas fuera de la verdadera, con el fin de ocultar su propia debili-
dad de propósito y la causa real de su apostasía de Dios, que era su
apetito descontrolado.
Es en este punto donde muchos tropiezan; vacilan entre la ne-
gación de su apetito y su indulgencia. Y finalmente el enemigo los
vence y abandonan la verdad. Muchos que han apostatado de la
verdad mencionan como razón de su conducta que no tienen fe en
los
Testimonios
. Al investigar el caso se revela el hecho de que tenían
algún hábito pecaminoso que Dios había condenado a través de los
Testimonios
. La pregunta que se levanta entonces es: ¿Entregarán
su ídolo que Dios condena, o continuarán en su camino equivocado
de indulgencia y rechazarán la luz que Dios les ha dado reprobando
precisamente las cosas en que se deleitan? La pregunta que deben
resolver es: ¿Me negaré a mí mismo y recibiré como provenientes
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de Dios los
Testimonios
que reprueban mis pecados, o rechazaré los
Testimonios
debido a que reprueban mis pecados?
En muchos casos los
Testimonios
son recibidos completamente,
el pecado y la indulgencia se quebrantan y comienza inmediatamente
la reforma en armonía con la luz que Dios ha dado. En otros casos,