Ministros del evangelio
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vida por lo que son un estigma para el resto al respecto de la reforma
pro salud.
La excesiva indulgencia en la comida, la bebida, el sueño o la
vista es pecado. La armoniosa y saludable acción de todas las facul-
tades del cuerpo y la mente da como resultado la felicidad. Cuanto
más elevadas y refinadas son las facultades, tanto más pura y limpia
será la felicidad. Una vida sin objetivos es una muerte en vida. Es
preciso ejercitar las facultades mentales con temas relacionados con
nuestros intereses eternos. Esto será beneficioso para la salud del
cuerpo y la mente. Muchos, incluso algunos de nuestros ministros,
quieren progresar en el mundo sin tener que esforzarse. Ambicionan
hacer alguna gran obra de filantropía, mientras que descuidan los pe-
queños deberes diarios que los harían útiles ministros según el orden
de Cristo. Desean hacer el trabajo que otros hacen, pero no sienten
satisfacción ante la necesaria disciplina que los habilitaría para ello.
Este deseo abrasador que tanto hombres como mujeres sienten por
hacer algo que supera con creces sus capacidades actuales provoca
decididos fracasos ya desde su mismo inicio. De manera indignante,
no quieren subir la escalera pero desean ser elevados valiéndose de
un proceso menos laborioso.
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