Página 417 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 4 (2007)

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El colegio
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Una y otra vez, el educador ha introducido en el aula la sombra
de tinieblas que ha juntado sobre su alma. Se ha fatigado en demasía
y está nervioso, o la dispepsia lo ha teñido todo con un tono som-
brío. Entra en el aula con los nervios desquiciados o el estómago
irritado. Nada parece que le complazca, piensa que sus alumnos sólo
son capaces de ser irrespetuosos con él y reparte ásperas críticas y
censuras a diestra y siniestra.
Los hombres y las mujeres de experiencia deben entender que
esta es una época de especial peligro para los jóvenes. Las tentacio-
nes los rodean por todas partes, y si bien es fácil navegar a favor de
la corriente, se requiere un gran esfuerzo para remar contra la marea
de maldad. Satanás se esfuerza de manera calculada para mantener
a la juventud en el pecado porque así está más seguro de ganar al
hombre. El enemigo de las almas está lleno de un intenso odio contra
todos los que se ponen en una situación favorable para recibir la luz
del cielo. Sabe que cualquier movimiento que hagan para ponerse
en contacto con Dios les dará poder para resistir sus maquinaciones.
Los que se sienten cómodos con sus pecados están seguros bajo
su bandera. Pero tan pronto como hacen esfuerzos para romper su
poder, se enciende su furor y empieza a trabajar para torcer, si es
posible, los propósitos de Dios.
Si la influencia de nuestro colegio es la que debería ser, los
jóvenes que están en él estarán capacitados para discernir a Dios
y glorificarlo en toda su obra. Mientras estén ocupados cultivando
las facultades que Dios les ha dado se prepararán para rendirle un
servicio aún más eficaz. El intelecto santificado, abrirá los tesoros de
la palabra de Dios y juntará sus preciosas gemas para presentarlas
a otras mentes y moverlas también a buscar las profundas cosas
de Dios. El conocimiento de la riqueza de su gracia ennoblecerá y
enaltecerá el alma humana y mediante la conexión con Cristo será
partícipe de la naturaleza divina y obtendrá poder para resistir los
envites de Satanás.
El hecho de que el conocimiento solo, puesto en manos del
enemigo de todo bien, puede ser un poder que los destruya debe que-
dar grabado en la mente de los alumnos. Quien finalmente se declaró
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en rebeldía fue un ser muy inteligente que ocupó una posición muy
elevada entre la multitud de ángeles y más de una mente privilegiada