La causa en Iowa
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de avergonzarlo y confundirlo. Influencias como esas se darán allí
donde se reúnen los jóvenes.
Llegará el día en que ese joven que salió puro y fiel, y con nobles
propósitos, de casa de sus padres se arruinará. Habrá aprendido a
amar el mal y rechazar el bien. No se apercibió del peligro por-
que no estaba armado con la vigilancia y la oración. No se puso
inmediatamente bajo el cuidado guardián de la iglesia. Se le hizo
creer que ser independiente y no permitir que se pusiera límites a su
libertad, era signo de hombría. Se le enseñó que no tener en cuenta
las normas y desafiar las leyes era disfrutar de verdadera libertad y
que temer y temblar constantemente por temor a cometer un error
era de esclavos. Cedió a la influencia de personas impías que, a la
vez que mostraban un exterior grato a la vista, practicaban el engaño,
la vileza y la iniquidad. Además, lo menospreciaron por la facilidad
con que había sido engañado. Fue donde no podía encontrar lo puro
y lo bueno. Aprendió estilos de vida y hábitos de habla que no ele-
vaban ni ennoblecían. Muchos corren el peligro de ser atraídos de
manera tan imperceptible hasta que su autoestima se degrada. Para
obtener el aplauso de los despiadados e impíos, corren el peligro
de ceder la pureza y la nobleza de la humanidad y convertirse en
esclavos de Satanás.
Los jóvenes ministros
Se me ha mostrado que Iowa está muy por detrás de otros estados
en cuanto a la piedad pura se refiere si se permite que los jóvenes
tengan influencia sobre su asociación, cuando es evidente que no
están unidos a Dios. Siento que tengo el más solemne deber de decir
que Iowa se encontraría hoy en una situación mejor si los hermanos F
y G hubiesen permanecido en silencio. Puesto que no tienen piedad
práctica, ¿cómo pueden dirigir al pueblo a una Fuente con la que ni
ellos mismos están familiarizados?
El escepticismo con respecto a los
Testimonios
del Espíritu de
Dios aumenta constantemente. Esos jóvenes alientan las dudas y
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las preguntas en lugar de disiparlas porque ignoran el espíritu, el
poder y la fuerza de los Testimonios. Mientras estos hombres de
corazón no santificado permanezcan en la obra no harán ningún
bien al pueblo. Aparentemente podrán convencer a las almas de que