Página 44 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 4 (2007)

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Testimonios para la Iglesia, Tomo 4
obediencia a la voluntad de Dios, y arrojar luz en vez de proyectar
una sombra. El hermano B necesita ungir sus ojos, para que pueda
discernir claramente las cosas espirituales y también las trampas de
Satanás. La norma cristiana es alta y exaltada. ¡Pero he aquí que los
profesos seguidores de Cristo la rebajan hasta el mismo polvo!
Usted necesita, hermano B, ejercer vigilancia constante, no sea
que lo venzan las tentaciones de Satanás en cuanto a vivir para
sí mismo, a ser celoso y envidioso, suspicaz y criticón. Si avanza
murmurando, no progresará ni un sólo paso en el camino al cielo.
Si cesa aunque sea un momento en sus sinceros esfuerzos y deja de
procurar con oración someter su yo y controlarlo, estará en peligro
de ser vencido por alguna tentación fuerte; podría ser que diera
pasos imprudentes; podría manifestar un espíritu no cristiano, lo
cual no sólo traerá amargura a su propia alma sino también tristeza
a las mentes de otros. Se arriesga a traer sobre ellos un peso de
perplejidad y tristeza que pondrá en peligro sus almas, y usted será
el que tenga que responder por esta influencia funesta. Hermano B,
si desea escapar de la contaminación que hay en el mundo por la
concupiscencia, será necesario que haga profesión de cristianismo
en todas las cosas.
Usted podrá decir: Es muy dura esta tarea; el camino es dema-
siado estrecho y yo no puedo caminar por él. ¿Es más estrecho el
camino en esta carta que lo que usted encuentra claramente marcado
en la Palabra de Dios? Para ganar el cielo vale la pena hacer un
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esfuerzo perseverante e incansable, durante toda la vida. Si ahora
se echa atrás y se desanima, ciertamente perderá el cielo, perderá
la vida inmortal y la corona de gloria que no se desvanecen. Los
que tienen un lugar al lado del Salvador en su trono son únicamente
esa clase de personas que han vencido tal como él venció. El amor
por la verdad pura y santificadora, el amor por el querido Redentor,
alivianará la tarea de vencer. Con gusto concederá Jesús su fortaleza
a todos los que realmente desean recibirla. Coronará de gracia y paz
cada esfuerzo perseverante hecho en su nombre.
Si su estudio diario consiste en glorificar a Dios y subyugar el
yo, él hará que su fortaleza se perfeccione en su debilidad, y podrá
vivir de manera que su conciencia no lo condene. Podrá tener buena
fama entre los de afuera. Una vida circunspecta no sólo significará